El Barça se aleja del sueño del doblete

Dembélé lamentando una ocasión fallada

Dembélé lamentando una ocasión fallada / Efe

Pichi Alonso

Pichi Alonso

El equipo arrancó el partido a merced de un Atlético más ambicioso que presionó alto la salida del balón. El resultado es que el Barça tuvo serios problemas para articular la salida del esférico y le tocó jugar la mayor parte del primer tiempo en su propia parcela o persiguiendo la posesión de los de Simeone. El Atlético de Madrid no solo atacó sino que fue capaz de generar peligro y poner en serios aprietos a Ter Stegen. En contrapartida, a excepción de una acción genial de Messi, el Barça no inquietó lo más mínimo a Oblak.

Es cierto que la lesión de Busi trastocó los planes y la entrada de un Ilaix, que rinde mejor cuando sale en los últimos minutos, llevó a De Jong al mediocentro. En ese movimiento, el Barça perdió una de sus bazas clave: la llegada al área del holandés.

En cuanto a la batalla de las bandas: Dest volvió a estar nulo en ataque mientras que Alba careció de posibilidades para llegar a línea de fondo como en él es habitual. Todo el ataque del Barça estuvo en los pies de un Messi muy desasistido.

La mejoría del equipo en la segunda mitad fue muy ostensivo. La clave fue simple: el equipo pasó a jugar en terreno contrario, controlando en buena medida al Atlético y sin pasar peligro en el área de Ter Stegen. Pero el revulsivo en ataque se hizo esperar hasta que apareció Dembélé en el minuto 75 -sin duda, muy tarde-. El francés aportó un poco más de vértigo y descaro al equipo, justo en el momento en el que Alba empezó a encontrar espacios para llegar por banda y nutrir de balones a los atacantes. Demasiado tarde y con resultado estéril.

Es una evidencia que la Liga se complica y que ahora, pendientes del resultado del Madrid-Sevilla de esta noche, el Barça ya depende de dos rivales directos. Poco menos que un milagro.