El Barça se aguanta solo por Messi y Ter Stegen

Messi marcó un gol que le valió un doble récord

Messi marcó un gol que le valió un doble récord / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Si miras la clasificación se puede interpretar que el Barça va muy bien. Líder de la Liga y líder de la Champions. Pero si analizas el juego del equipo, te das cuenta que es una posición ficticia, irreal por los méritos realizados. En España, el tuerto es el rey, sobre todo porque Madrid y Atlético todavía están peor. Pero cuando salen a Europa las limitaciones quedan en evidencia, muestran una inconsistencia preocupante que tiene el punto noticiable en el hecho de que Luis Suárez lleva cuatro años sin marcar un gol lejos del Camp Nou en competición europea. Un récord inaudito para un delantero centro.

Jamás una victoria en campo contrario en la Champions había levantado tantas críticas. Los tres puntos logrados en Praga no lograron eclipsar el mal juego del equipo. Ter Stegen volvió a salvar los muebles, mérito suyo es el liderato del grupo. Pero los aficionados barcelonistas no se dejan engañar, ven más allá del marcador. Sufren y se desesperan delante de la tele. Es preocupante que el Slavia de Praga sea capaz de poner en apuros a Messi y compañía. Las sensaciones que transmite el equipo de Valverde en Europa no inspiran confianza. Hasta las estadísticas de la UEFA los dejan en evidencia, es el equipo que menos corre. 

Atención a un dato revelador que tendría que sacar los colores a más de uno. El Barça en la última asamblea presumió de ser el equipo de los 1.000 millones de presupuesto, el más alto del fútbol mundial. ¿Saben qué presupuesto tiene el Slavia? 44 millones de euros. Sí, sí, han leído bien, solo 44 millones, menos de lo que cobra Messi. Concretamente el 4% del presupuesto barcelonista. Frente a un club tan modesto solo fueron capaces de ganar gracias a un autogol checo. Hay razones para hacérselo mirar. Leo acabó el partido con cara de pocos amigos después de desafiar con la mirada a Valverde a raíz del empate. En el vestuario comienzan a pensar que discrepa de los planteamientos del técnico.

El Barça tiene muchas opciones de revalidar el título liguero, por superioridad e incomparecencia de sus máximos rivales. Pero el mismo equipo que en España parece no tener rival, en Europa deja mucho que desear. El himno de la Champions parece cortarles las alas. Frente al Slavia tuvieron una salida fulgurante, con gol incluido, que hacía presagiar una victoria fácil. Pero a partir de la media hora dejaron de presionar al rival, parecían conformarse con la victoria mínima y jugaron a ritmo cansino. Fue tal la frustración, que  Ter Stegen con toda la razón alzo la voz al final del partido haciendo autocrítica.

El Barça da la sensación de arrastrar una cruz por Europa. Pesada e incómoda. Los rivales le han tomado la medida y le han perdido el respeto, con fuerza física y velocidad los desnudan. Razones tiene Bartomeu para estar disgustado y preocupado. La mejora que le había prometido Valverde no se produce. Algunos cracks no justifican su ficha. Varios veteranos están fuera de forma. La cruda realidad es que el Barça se aguanta solo por los goles de Messi y la seguridad de Ter Stegen. Si no fuera por ellos, otro gallo cantaría.