Barça 2000, Proyecto Foster, Espai Barça...

El Espai Barça y el entorno del Camp Nou han sufrido muchos intentos de modificaciones

El Espai Barça y el entorno del Camp Nou han sufrido muchos intentos de modificaciones / SPORT.es

Albert Masnou

Albert Masnou

Fue Josep Lluís Núñez el primer presidente en promover una reforma del Camp Nou asociada a una remodelación del entorno del Estadi convirtiéndolo en un complejo de ocio para aumentar los ingresos extraordinarios. Era en 1998 y se denominó el ‘Barça 2000’, una idea que debía permitir aumentar el potencial económico del club.

Núñez y el alcalde de Barcelona de entonces, Joan Clos, presentaron el proyecto. L’Elefant Blau pidió un referéndum y los vecinos se opusieron. Las obras tenían que empezar en el 2000.

El proyecto quedó en nada pese a que Gaspart, el heredero de Núñez, también lo defendió: “Puede darnos hasta 1.000 millones extras al año”, decía.

El siguiente presidente, Joan Laporta, reemprendió la idea inicial de Núñez y presentó en 2007 el proyecto Foster, que ya implicaba una inversión de 250 millones de euros. Laporta afirmó que la apuesta por el famoso arquitecto Norman Foster suponía dar “un salto” para el Barcelona y que el Estadi sería una “olla a presión para los rivales”.

Las obras tenían que empezar en el 2009. El proyecto, por segunda vez, se quedó en nada y en 2016 Josep Maria Bartomeu anunció que el estudio japonés Nikken Sekkei llevaría a cabo la remodelación del estadio, cuyo presupuesto era de 600 millones de euros. Las obras tenían que empezar en el verano de 2017 y estaba previsto que la mayor parte de las mismas finalizasen en 2021.

Han pasado 23 años durante los cuales hubo 7 mandatos de presidentes y cinco alcaldes de la ciudad. Y todavía estamos como en 1998. Y lo que nos espera no es alentador por la crisis económica que atraviesa el club y, si fuera el caso como dijo Laporta, por la obligación de ampliar antes el Johan Cruyff.

Vamos camino de continuar en la misma dinámica que los últimas dos décadas, a no ser que Laporta lo asuma como una cuestión de estado, priorizándolo incluso antes que reforzar al equipo. La remodelación del estadio es una demostración clara de la dificultad que supone gobernar este club pues el presidente de turno se encuentra en la disyuntiva de primar entre lo urgente y lo necesario. Y siempre acaba ganando lo urgente.