La 'banlieue' gala y el centenario sangriento

Francia festeja la conquista de su segundo Mundial

Francia festeja la conquista de su segundo Mundial / EFE

David Rubio

David Rubio

Rusia vivió ayer un particular primer día ‘post-Mundial’. Al tiempo que los aficionados se agolpaban en los aeropuertos de Domodedovo y Sheremetievo en plena celebración gala, entre ayer y hoy se cumplen 100 años de un controvertido episodio de la historia rusa.

La pasada madrugada fue el ‘Centenario’ del asesinato de los Romanov (la familia imperial rusa encabezada por Nicolás) en su destierro de Ekaterinburgo por orden de Lenin y de su ‘escudero’ Sverdlov, aunque no está confirmado por los historiadores. De esta forma, Rusia decía adiós al zarismo para enfrascarse en un comunismo no menos sangriento.

Paralelamente a estos actos que se concentraron en la capital de los Urales, Francia celebró a lo grande la consecución de su segundo Mundial y dio una lección en la que podrían mirarse los más desfavorecidos y discriminados de la capital parisina, aquellos condenados a vivir en la ‘banlieue’ (suburbios).

Y es que de los 23 convocados por Deschamps, 14 tienen raíces directas en África, entre ellos los dos azulgranas. Samuel Umtiti nació en Yaoundé (Camerún) y Ousmane Dembélé en la localidad gala de Vernon, pero es hijo de padre maliense y madre mauritana con ascendencia senegalesa.

Si ellos han podido labrarse un futuro gracias al deporte profesional, ¿por qué no pueden hacerlo los miles de chavales que malviven en la ‘banlieue’, el fruto de la penosa política de inmigración francesa?

Hacinados en Seine-Sant Denis (sí, junto al famoso Stade de France), Viry-Chatillon o Grigny 2 con sus 90 nacionalidades y 25.000 habitantes, estos jóvenes marginados por su origen y por su religión podrían inspirarse ahora en su selección nacional.

En Bélgica salió de la pobreza el ‘red devil’ Romelu Lukaku. Es dificilísimo, pero... ¡se puede! Por cierto, 33 días después toca despedirse, así que cambiaremos el ‘Priviet vsiem’ (Hola a todos) por el coloquial ‘Paka vsiem’ (Adiós a todos).