El Balón de Oro no merece a Messi

Messi no debería competir bajo los mismos parámetros que el resto de futbolistas

Messi no debería competir bajo los mismos parámetros que el resto de futbolistas / VALENTÍ ENRICH

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El fútbol, al contrario que el baloncesto, era un deporte de equipo en el que la victoria dependía siempre de once futbolistas. Eso hasta que apareció Messi, el único jugador de la historia capaz de superar él solo a sus rivales. Leo no es la guinda de un equipazo, es un equipazo en sí mismo, el inicio, nudo y desenlace de un partido tras otro. Él decide el cuándo y el cómo.

Messi es culpable de ser más influyente que Michael Jordan porque mientras la leyenda de la NBA, números en mano, decidía siendo el veinte por ciento de su equipo, el ‘10’ ejerce su poder con la misma o superior tiranía siendo el 9,09% de una alineación. Messi solo necesita el balón para romper un partido. No importa dónde entre en contacto con él porque es capaz de resolver desde cualquier zona del campo. El secreto de Messi no es que juegue a otro deporte, sino que lo hace en una dimensión distinta a la del resto de futbolistas. Y en esa dimensión paralela Leo moldea el mundo a su antojo. Messi es al fútbol lo que la física cuántica supone para la física clásica.

INSULTO A LA INTELIGENCIA

A partir de esa premisa, el fútbol y todo lo que le rodea, premios individuales incluidos, pierden sentido. No es que Messi merezca el Balón de Oro cada año, es que no tiene sentido alguno que lo gane. Porque ese galardón, que perdió el poco prestigio que le quedaba reconociendo antes a Modric, Cristiano Ronaldo, Griezmann y Mbappé que al ‘10’ del Barça, fue creado para futbolistas que juegan sometidos a las leyes de la física clásica. Y como ese no es el caso de Messi, lo lógico sería que ‘France Football’ se olvidara de él. Evaluarle bajo los mismos parámetros que al resto de jugadores es un insulto a la inteligencia imperdonable.