'Azul y grana es nuestro color'

Futbolísticamente hablando hemos superado a trancas y barrancas el 2019. Mientras estamos en posiciones de liderazgo tanto en La Liga como en la Champions, los medios de comunicación especulan sobre ceses, renovaciones o futuras bajas.  Es tiempo de deseos, de pedirle al nuevo año logros para el Barça, que siempre resultan ser los mismos: ganar todas las competiciones, tener los mejores jugadores del mundo jugando al lado de un Messi espectacular  y exhibir un juego brillante, que sea, como lo ha sido alguna vez, la envidia del mundo del fútbol. 

Por pedir, tengo un deseo más, un deseo que por lo que parece es tan difícil de cumplir que tiene muy pocas posibilidades de éxito. Pido algo tan simple, y al parecer tan difícil, como que, salvo en los casos de evidente confusión entre los colores de un equipo u otro, el Barça juegue con la equipación azulgrana de siempre. Los más veteranos recordarán aquel himno del año 1974 en el que los jugadores cantaban aquel “Azul y grana es nuestro color”, un azul y grana que de un tiempo a esta parte ya son tratados caprichosamente en forma de cuadros, de rayas estrechas, u horizontales… A saber qué nos espera para la próxima temporada. Acepto que Nike tenga mucho que decir a la hora de poner dinero para diseñar la camiseta de cada año, y entiendo también que el club mire por sus intereses y busque promocionar los diseños de cada año y obtener así cuantiosos beneficios; pero de esto a no jugar nunca fuera de casa de blaugrana, como está ocurriendo esta temporada, media un buen trecho.  

Los socios, de manera especial, pero también los aficionados han de ser los principales garantes de que las cosas fundamentales del club no se pierdan en manos de directivas incapaces de conservarlas. Exijo volver a jugar en campo contrario de blaugrana y que de vez en cuando, si no es mucho pedir, alguna temporada el equipo vuelva a lucir las franjas gruesas verticales que tan bien definen nuestro club.