Atrévete, Griezmann

La contradicción de Griezmann desde que llegó al Barça

La contradicción de Griezmann desde que llegó al Barça / Valentí Enrich

Bojan Krkic

Bojan Krkic

Nada más aterrizar en Can Barça, Ronald Koeman aseguró visualizar perfectamente en qué posición debía jugar GriezmannHasta ese momento ningún entrenador del FC Barcelona había dado con la tecla para sacar el máximo rendimiento del francés. No lo hizo Valverde. Tampoco Setién. Sin embargo, él aseguró tenerlo claro y casi vaticinó contar con la receta para volver a ver al Antoine que deslumbró en el Atleti. De eso hace ya más de dos meses y, a pesar de las buenas intenciones del holandés, lo cierto es que sigo sin estar de acuerdo en cómo se está interpretando el papel del delantero galo.

Ninguno de los tres técnicos ha sabido darle exactamente su posición, ubicada, bajo mi punta de vista, detrás del punta. Griezmann debería ser el enlace entre éste y el mediocampo, pero sumándole llegada porque se le da muy bien aparecer en segunda línea. Por eso no brilla como debería, porque tiene muchas cualidades, pero no es un jugador referente y lo colocan en un lugar como si lo fuera. Pero esa falta de notoriedad no es solo por motivos relacionados con las decisiones del entrenador. Hay algo que tiene que ver con él, con su actitud. Algo le pasa. No estoy percibiendo esa madera de líder que mostraba en el Calderón y que le llevó a ser un delantero diferencial. Ahora guarda un perfil mucho más bajo. Encorsetado, diría yo. Y es una auténtica pena porque, por momentos, parece que hasta se hace pequeño.

Un delantero debe ser egoísta y él actúa de forma demasiado generosa. La prueba está en que, cuando tiene el balón, rápida mente busca el pase en vez de encarar a portería. No hay motivo para ello ya que, en un club como el Barça, a los de arriba se les demanda goles, asistencias, etc. Pero no se pide de ellos que trabajen tanto como en otros equipos, para eso ya están otros. A los atacantes se les quiere ver cerca del área y eso es en lo que debería centrarse. Si tuviera que darle un consejo, le diría que se atreva más. Que si cree que puede pegarle desde 30 metros, que lo haga, que golpee más a puerta, que no le condicione nada ni nadie.

Este es su segundo año como blaugrana, por lo que ya ha pasado el periodo de adaptación y ya sabe cómo funciona el club, el vestuario, la presión que supone el Barça… Ya ha conseguido cosas como para hacerse respetar. Por eso no debe tener miedo. Tiene que dejar de supeditarse, tal y como hace con su selección. Sobre todo porque a la vista está que nadie le agradece el trabajo que hace. Ha llegado la hora de pensar más en él mismo. De ser más efectivo, de liberarse de lo que le está provocando que vaya con el freno de mano puesto. Solo así dejaremos de asistir a un espejismo del verdadero ‘Grizzy’, ese al que todos estamos deseando ver en acción.

Fichar por fichar no es ninguna solución 

Es cierto que la plantilla del Barça sería más potente si el club hubiera podido firmar a un central y a un delantero centro. El propio Koeman así lo ha expresado en rueda de prensa y él es el máximo responsable de la gestión de los futbolistas. A todos ellos se les exigirá ganar, como siempre pasa en un club como el blaugrana, así que es normal que el técnico busque potenciar a su equipo para tener el máximo de piezas posible para afrontar una temporada muy exigente. Pero eso no significa que el club deba hacer frente a operaciones que, tanto a nivel deportivo como económico, den la sensación de ser un poco forzadas.

Creo que es positivo no precipitarse en un momento en el que las prisas pueden ser contraproducentes. Ante los problemas económicos de la entidad, en parte derivados de la pandemia del coronavirus, fichar por fichar no es una solución válida. No faltan tantos meses para el mes de enero, cuando <strong>vuelva a abrirse una ventana de fichajes, en este caso la invernal.</strong> Siempre se ha dicho que se trata de un periodo del mercado que sirve para corregir errores que se hayan podido cometer en verano. Así suele ser, pero este año es distinto porque se dan circunstancias ajenas al club que también influyen en la planificación, no solo del Barça, sino del fútbol en general.