Atentos al rendimiento físico del Athletic

Iñaki Williams espera competir la Supercopa al Barça

Iñaki Williams, en imagen de archivo / AFP

Pichi Alonso

Pichi Alonso

UN NUEVO ATHLETIC. La llegada de un nuevo técnico al banquillo genera normalmente un cambio de hábitos y rutinas, también de jugadores en el 11 titular, incluso de sistema táctico y de filosofía de juego. No parece el caso de este Athletic con Marcelino al frente. Que han cambiado cosas en estos primeros días, sin duda alguna, basta ver el partido ante el Real Madrid para corroborarlo. Pero apenas ha variado el dibujo, ni los titulares –De Marcos por Berenguer y D. García por Vesga-, pero sí la actitud, la intensidad y el convencimiento en lo que deben hacer. Me sorprendió ver cómo sostuvieron la presión en todo el campo durante tantos minutos, pues un equipo puede presionar la salida de balón del rival durante algunos minutos, pero mantener esa presión y esa intensidad prácticamente todo el partido se hace muy, muy complicado. Un equipo necesita una gran condición física, que no creo que fuese cosa de Marcelino, ya que no ha tenido tiempo para provocar esa mejora física y tal vez ese efecto venga como consecuencia de la mentalización y la motivación proveniente de la exigencia del nuevo técnico. Factores que se traducen en esfuerzo, sacrificio, solidaridad, pundonor y lucha hasta la extenuación. En eso sí ha cambiado este Athletic desde la llegada del nuevo entrenador al banquillo.

IDÉNTICO PLAN DE JUEGO ANTE EL BARÇA. Lo más probable es que Marcelino intente de nuevo ese guion ante los de Koeman: fuerte presión en la salida de balón, equipo muy agrupado y alto, intensidad en cada una de las disputas y velocidad en las transiciones. Sabemos de la predilección de Marcelino por el 4-4-2, y ese dibujo le permite llevar a cabo sus intenciones, como ya hizo ante el Barça en la final de la copa del Rey en Sevilla: asfixiar al Barça a base de estar muy encima, intentando robar el balón y salir rápido, incomodando al mismo tiempo a los azulgranas al ver que no pueden progresar con el balón y controlar el juego y el partido. Pero repito, eso requiere un gran esfuerzo físico y veremos si los de Marcelino no pagan el notable desgaste que conllevó la semifinal ante el Real Madrid. El Athletic, en este sentido, ha que tener en cuenta que llega con un día de descanso menos respecto a la plantilla del Barça, aunque no hay que olvidar el peso de la prórroga que también castigó las piernas del conjunto de Koeman. Apuestan por la búsqueda de la velocidad en sus rápidas transiciones, sin renunciar al pase en largo como recurso habitual –juego directo- a través de sus centrales, Núñez e Iñigo Martínez, o de su portero, buscando la cabeza preferentemente de Raúl García para aprovechar sus prolongaciones o segundas jugadas fruto de ello. Con Capa y De Marcos en banda derecha, el Athletic persigue tener desdoblamientos forzando el 2 contra 1 en ataque y poder llegar así a zonas de centro como siempre había hecho la escuadra rojiblanca. La velocidad de Williams, como ya sucedió en el partido de liga en el primer gol, es otra de sus armas ofensivas. Muniain ha pasado de la media punta a jugar más centrado arrancando desde la banda izquierda, aunque siempre con la intención de participar del juego interior y asistir o finalizar. Armas clásicas que ya sorprendieron al Barça al inicio del partido liguero.