Así no se ficha a Verratti

Verratti es un futbolista que acumula mucha posesión del balón

Verratti es un futbolista que acumula mucha posesión del balón / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Vaya por delante que consideramos el fichaje de Verratti como el refuerzo más importante que puede realizar el Barça este verano para potenciar el centro del campo. Pero hecha esta puntualización, conviene destacar que estamos de acuerdo con el fondo pero no con la forma como se ha iniciado la operación. Un fichaje no se puede retransmitir como si fuera un culebrón de televisión. Hay que ser astutos, pragmáticos y discretos. Desde el momento en que se ha filtrado que el internacional italiano es el objetivo número uno, su precio se ha multiplicado. Si nadie lo remedia, este deseado fichaje se puede alargar semanas y meses con un problema añadido: el final es imprevisible y los precedentes son malos.

Vayamos por partes y analicemos la posición de los tres protagonistas. Primero, el Barça quiere a Verratti, hará todo lo posible por ficharle pero no a cualquier precio. Por encima de los 80 millones la tesorería blaugrana no contempla la operación ya que privaría de contratar otros jugadores. Segundo, el jugador estaría encantado de jugar en el Camp Nou por motivos fáciles de explicar; ganaría más dinero, jugaría al lado de Messi y tendría más posibilidades de conquistar la Champions. De todos modos, el jugador no puede olvidar que hace menos de un año, agosto 2016, renovó por cinco años. Hay que recordar que en Francia los jugadores no tienen cláusula de rescisión lo que permite al club propietario fijar el precio del traspaso libremente. Tercero, el PSG no tiene ningún deseo de traspasarle y su presidente, el jeque catarí Nasser Al-Khelaïfi, no es amigo del Barça. 

A la vista de esta compleja situación, lo que no puede hacer el Barça es repetir los culebrones vividos con Thiago Silva y Marquinhos, que acabaron mal. Está muy bien conocer la predisposición del jugador por venir, pero esto no es determinante. La llave la tiene el presidente catarí y mucho nos tememos que juega con ventaja. El mánager de Verratti, el abogado Donato Di Campli, está a sueldo del PSG, o dicho en otras palabras si lo prefieren, no hará nada que disguste a Al-Khelaïfi. Su show de estos días exhibiéndose en Ibiza junto al jugador, es de la escuela de Mino Raiola: poner a Verratti en el escaparate para poder negociar con el PSG otra mejora de contrato y una buena prima para el agente. Similar a lo que ha hecho Griezmann con el Manchester United, dejarse querer para luego mejorar su contrato con el Atlético de Madrid. El Barça no puede caer otra vez en esta trampa. No puede estar un mes pendiente de Verratti y después tener que fichar el plan B, un segunda fila.

El Barça tiene que cambiar de táctica. No hace falta que un directivo vaya a hablar con Verratti en un club nocturno de Ibiza. Este papel corresponde a Robert Fernández. Tampoco hay que esperar que el PSG le ponga un precio prohibitivo. Lo normal sería que dada la importancia de la operación, el presidente Bartomeu viajara a París y se viera cara a cara con el presidente catarí, que tiene total poder de decisión. Si no consigue cerrar la operación a un precio razonable, mejor olvidarse de Verratti. Si hay que pagar cien millones es un caso perdido. El Barça no puede competir por dinero y me temo que este es el único idioma que entiende Al-Khelaïfi.