La Asamblea del domingo

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona / David Ramírez

Carles Sans

Carles Sans

El próximo domingo están convocados 4.452 socios en Asamblea General Ordinaria en el Palau Blaugrana. Tal como contaba el director de este periódico en su artículo del martes pasado, Laporta pedirá permiso a los socios para pedir un crédito de, agárrense, 1.500 millones para acometer las necesarias obras de modernización del llamado Espai Barça. Como viene siendo habitual, de los más de cuatro mil convocados irán unos pocos, que como casi siempre dirán amén a todo o a casi todo lo que se proponga… ¡ojo!, salvo si se trata de tocar el escudo, como pasó en 2018 en la Junta de entonces que decidió retirar del orden del día la propuesta de modificarlo porque se hubiese rechazado por amplia mayoría.

Ahora lo que se dirime es mucho más serio que la estética de nuestro emblema: se decide que pidamos una fortuna para ponernos a la altura que nos corresponde en cuestión de instalaciones deportivas, cuando nos encontramos en un estado de casi ruina. Es sabido que todos los equipos punteros de cada país, salvo alguna excepción italiana, disponen de estadios que son arquitectónicamente punteros, y ahora es lógico que el Barça de Laporta quiera materializar lo que Bartomeu planeaba y que no pudo o supo hacer.

Parece difícil que a un pobre se le preste mucho dinero a cambio de que lo devuelva en cómodos plazos. Sumas de este calibre no se conceden si a cambio no existe la seguridad de que serán devueltas, o a cambio de más ventajas para el prestamista.

Ojalá la Junta de Joan Laporta tenga claro como afrontar este asunto. A mí no me cabe duda de que si hay alguien con el arrojo necesario es Laporta; sin embargo, se trata de una operación delicada en uno de los momentos más complicados de la historia del club.

Hay quien no le da ningún miedo endeudarse. Incluso los hay que viven debiendo toda su vida; a otros, como a mí, nos quita el sueño. Quizá no sea el momento de tener miedo, pero sí de ser muy prudentes, y confío en que los compromisarios lo tendrán en cuenta en la histórica asamblea del domingo y no den su amén sin tener la convicción de que se trata de una operación con garantías.