Arthur-Vidal, el camino que les queda

Arturo Vidal será titular por primera vez en un partido oficial frente al Girona

Arturo Vidal será titular por primera vez en un partido oficial frente al Girona / Valenti Enrich

Gerard López

Gerard López

Existe la sensación, tanto en el vestuario como fuera de él, de que la plantilla del Barça es mejor respecto a la del año pasado. Se ha ganado en la segunda unidad pese a que se han ido elementos importantes como Andrés Iniesta. Se acepta que tanto Lenglet, como Vidal, Arthur o Malcom suman potencial al equipo. Los que han llegado tienen nivel y los que ya estaban, aceptan que cuando haya lesiones o sanciones, la presencia de los fichajes les ayudará a que el equipo no se hunda. 

Como es lógico y natural, Ernesto Valverde quiso asegurar el tiro en las primeras jornadas tanto en Liga como en Champions. Exceptuando la variante de Semedo en el lateral y Roberto pasando al interior, la apuesta del técnico era la del once de gala. Al descanso, a veces ha intervenido dando entrada a Coutinho. Fueron sus únicos cambios. Contra el Girona, Valverde dio un paso más: sentó a Umtiti, que necesitaba un descanso y, sobre todo puso como interiores a Vidal y a Arthur. A ambos se les notó que todavía les falta sincronización en esta demarcación tan importante para el Barça. Es una posición que hay que entender muy bien porque no es fácil y es muy exigente.

El error de Arthur y Vidal fue estar demasiado juntos, sin comprender aún bien el rol que el Barça espera de sus interiores. Es una posición clave en la que hay que dar amplitud de campo para que la transición y la circulación de la pelota desde el central al delantero sea efectiva. Si los tres centrocampistas están demasiado juntos, como ocurrió contra el Girona, le das facilidades al rival porque sin hacer un gran esfuerzo, sin tener que ir mucho a banda, tiene al centro del campo controlado y, como consecuencia, el juego del Barça. Es la madre de los huevos. Es clave del Barcelona. Si los interiores están abiertos, las defensas se abren y es entonces cuando aparecen espacios para los delanteros. Como muestra, el único peligro de la primera parte llegó cuando Leo se inventó espacios.

El Girona puso a Pons, Granell y Aleix viviendo pendiente de los centrocampistas del Barcelona que, al estar juntos, eran fáciles de marcar. Si, por contra, estás abierto, hay más espacios y es más complejo de frenar el juego del Barça. Por otra parte, ambos estuvieron muy bien en facetas defensivas, protegiendo a la defensa y en la recuperación del balón. Lo que les espera es un proceso en el que deben entender que se  espera de ellos en  un futuro.

Con la expulsión de Lenglet (el VAR no puede echar por tierra un partido de esta manera tan absurda), y en especial con el 1-2, Valverde volvió a tirar de galones sacando a dos jugadores que no acababan de estar cómodos para dar entrada a Coutinho y a Rakitic. Jugar contra un 5-4-1 como el Girona estaba plantado en el campo, es complejo y,  a posteriori, quizás es fácil decir que hubiera sido mejor no cambiar a los dos interiores de golpe sino alternar uno más versado en este sistema de juego con uno de los nuevos. Entonces, quizás no se hubieran apreciado tanto estas deficiencias en el centro del campo. Se notó mucho que los dos eran nuevos.

Con desventaja en el marcador, el Barça tiró de orgullo y, mejor situados en el campo, parecía que volvía estar con once jugadores. Tuvieron la posesión y las mejores ocasiones gracias a una actitud del equipo destacable.