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Opinión

Argentina honra a Leo Messi; el Barça, no

Leo Messi celebra uno de sus goles en el Argentina-Venezuela de las eliminatorias del Mundial 2026

Leo Messi celebra uno de sus goles en el Argentina-Venezuela de las eliminatorias del Mundial 2026 / EFE

Emocionante e impresionante fue la despedida de la afición argentina a Leo Messi en el que fue su último partido con la albiceleste jugando como local. El delantero dejó la puerta abierta a participar en el Mundial de este verano en América del Norte, pero quedó claro que el partido de anoche contra Venezuela (3-0) fue su último partido oficial en su país. La afición que se congregó en la Monumental, repleta, le brindó un merecido y largo homenaje a los 20 años de carrera con la albiceleste.

Leo Messi se emocionó, lloró y agradeció este aprecio: “Poder terminar de esta manera acá, fue lo que siempre soñé, poder festejar con mi gente, por muchos años tuve el cariño en Barcelona, aún lo tengo, mi sueño era tenerlo acá también en mi país, con mi gente”, dijo. Messi tuvo unos inicios complicados con Argentina porque los éxitos que lograba en el Barcelona no se podían traducir con la selección. Brillaba de azulgrana y sufría con Argentina. Le acusaron de no sentir la camiseta. Incluso se retiró en una ocasión, pero volvió para ganar un Mundial y dos Copas América. Y se va en paz con el equipo que defendió a muerte. Y ahora le reconoce todo este esfuerzo con un primer homenaje que hizo llorar a Leo, a sus compañeros y a cualquiera que vea las imágenes. Fue conmovedor.Y, desde el punto de vista azulgrana, muy triste.

El papel del Barça

Muy triste porque si Leo estuvo 20 años con Argentina, estuvo 21 con el Barcelona y fue en el Camp Nou donde logró sus mejores éxitos, que le llevaron a ganar hasta ocho Balones de oro y ser considerado como el mejor jugador que jamás se ha visto sobre un terreno de juego. Un mito, una referencia para las generaciones presentes y venideras. El mejor de los mejores.

Y este legado fue menospreciado por Joan Laporta, quien le echó de la entidad tras prometerle amor eterno, quien usó su nombre para ganar las elecciones y luego decirle que no podía renovarle. En un día pasó de renovar a firmar su finiquito. Una humillación en toda regla a Leo Messi y al fútbol en general. Un menosprecio imposible de digerir aún hoy que han pasado cuatro años. Todavía escuece tanta mentira. Y el culé ve hoy con envidia como la afición argentina sí puede decir adiós a un jugador que recordará toda su vida. El culé espera que llegue este momento que no se producirá hasta que se vaya Laporta.