Argentina aún no está consolidada

Messi acabó abatido después del Argentina-Islandia (1-1)

Messi acabó abatido después del Argentina-Islandia (1-1) / EFE

César L. Menotti

César L. Menotti

Me han preguntado en las últimas horas si me sorprendió el empate de Argentina ante Islandia. Y yo he respondido a esas personas: “¿Y a vosotros os ha sorprendido?”. A mí, realmente, no. Y no porque ya hace mucho tiempo que Argentina ha dejado de ser una selección reconocible que, recordemos, se ganó el derecho a estar en el Mundial en una fase de clasificación muy deficiente, donde puedo afirmar, sin riesgo a equivocarme, que fue el talento de Leo Messi el que obró el milagro.

Argentina jugó mal ante Islandia. No es un equipo equilibrado, consolidado, que tenga una idea clara de lo que quiere hacer. Y ese es un mal endémico. Y como mínimo, que se viene arrastrando desde hace mucho tiempo y cuya responsabilidad no es única y exclusiva de los jugadores. También de la clase dirigente, de todo el fútbol argentino como organización, de la decadencia que nos persigue.

Sin personalidad Desde el Mundial de Brasil, donde fuimos finalistas, hemos tenido cuatro seleccionadores: Sabella, Martino, Bauza y Sampaoli. Cada uno con su libro, sus preferencias... Pero, ¿cual es la idea? ¿Cómo jugamos?

Fijémonos en España. Su ideario lo viene manteniendo desde que ganara la Eurocopa con Luis Aragonés. Después siguió con Del Bosque. También con Lopetegui. Y ahora que lo cesaron, ya hemos visto que con Hierro, España ha jugado exactamente igual.  Con el mismo estilo y perfil de jugadores.

En Argentina da la sensación de que como tenemos la suerte de contar con alguien tan excepcional como Messi, todos los problemas los va a resolver Leo. Él solo. Y es precisamente por esa desproporcionada presión y expectativa que se genera alrededor de su figura la que se convierte en injusta crítica cuando comete un error. Yo he visto fallar un penalti a Pelé, a Maradona, a Platini... Argentina no debería necesitar de un penalti para ganar un partido. Una gran selección ha de generar fútbol y producir ocasiones suficientes para no maldecir a la mala suerte que, a veces, solo a veces, también existe.

España Y llegados a este extremo nos damos cuenta que Argentina empata, pero que también lo hace Brasil, la gran favorita, que cuenta con un jugador, Neymar, que uno no sabe bien si actúa para lucirse o intenta ganar él solo los partidos. Me parece un futbolista caprichoso, que toca su partitura sin seguir a la orquesta.

Y resulta que el defensor del título, Alemania, también pierde después de ver a una gran selección mexicana. Me encantó el equipo centroamericano porque supo sufrir en defensa sin renunciar al balón, al ataque. Y aunque empató, la selección española ha sido la que más me ha gustado en este Mundial hasta la fecha. Fue superior a Portugal, que empató casi sin buscarlo ni quererlo, pero un penalti y un error puntual de España le permitieron llegar a un resultado que su fútbol no generó. El combinado español es un equipo que sabe a lo que juega y sigue su patrón, ganando o perdiendo. Y eso es de agradecer. Que las grandes selecciones hayan pasado apuros en este inicio es algo normal. A medida que avance el torneo se irán encontrando mucho mejor.