Ansu Fati y los metros de verdad

Ansu Fati, en una imagen de archivo

Ansu Fati, en una imagen de archivo / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

Ansu Fati y los metros de la verdad. Sólo Messi y Suárez, ‘Demoliciones Azulgrana SA’, tienen mejor media goleadora que Ansu Fati. El niño lleva cinco tantos decisivos en Liga con el Barça y ve puerta cada 178 minutos. Un gol cada dos partidos. Fue la única buena noticia de un Barça gris que sufrió ante un valiente Leganés. Los de Setién dieron un paso atrás después de la buena imagen de Mallorca. No hubo profundidad, sobró demasiada posesión retórica y faltó determinación. Eso sí, en los metros de la verdad, Ansu Fati siempre demuestra que la camiseta del Barça no le queda grande.

Soldados de Simeone. Julien Nagelsmann, entrenador de moda de la Bundesliga, sostiene: “El 99% de los entrenadores que juega un 4-4-2 bajo acaba quemado en dos años, pero Simeone no. Su equipo es dinamita y tiene hechizados a los jugadores. El tipo es extraordinario”. Simeone lleva ocho largos años repitiendo que el talento, sin trabajo, no sirve. João Félix juega con esmóquin, tiene más clase que un instituto y es peso mini-mosca. Nació para crear. Y ahora, como becario del cholismo, también destruye. Tras la preceptiva mili, ahora presiona, rasca y aprende que el esfuerzo no se negocia. Marcos Llorente parece un atleta, tiene un físico privilegiado y pierna larga.  Nació para destruir. Y ahora, como recluta de Simeone, también crea. El Atleti hizo su mejor partido por algo sencillo: cuando el jugador cree en lo que le dice su entrenador, el equipo vuela. Crean o destruyen, pero son soldados.

La Real no pasa de fase. Oyarzabal avisó antes del reinicio: "El que mejor se adapte a lo nuevo logrará los objetivos”. La Real, que volaba antes del parón, se ha estrellado en el reinicio. Empate ante Osasuna y derrota contra Alavés. Ante los rojillos, pagó el peaje de sus errores. Frente al cuadro babazorro, pagó un pésimo partido. Los Odegaard, Isak, Zaldúa y compañía se han apagado sin motivo aparente y la Real Sociedad, cuando más lo necesitaba, todavía no ha sabido pasar de fase.