Aquella reunión en casa de Messi

Leo Messi y Josep Maria Bartomeu tras la última renovación del argentino en 2017

Leo Messi y Josep Maria Bartomeu tras la última renovación del argentino en 2017 / FCB

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Un mal día sucedió lo que nunca tenía que haber sucedido, que el Barça perdiera por 4-0 en Liverpool y quedara apeado de la final de la Champions tras haber ganado la ida por 3-0 en el Camp Nou. Aquella humillación histórica revolvió las entrañas del club y la afición se explayó a gusto en las redes socialesMenos Messi, sobraban todos. Valverde, el primero. Bartomeu, un maestro en enfriar las tormentas, movió pieza once días después, se fue a casa de Messi y buscó un punto de consenso con el vestuario.

Aquella reunión en casa de Messi definió la estrategia a seguir. Valverde gusta a los futbolistas, no le cargaron las culpas de nada, así que Valverde seguiría. Fichajes: Neymar gusta a los futbolistas y Leo le hizo saber al presidente que su reincorporación sería muy bien recibida, pues nunca el tridente había sido tan efectivo como cuando lo completaba el brasileño. También se habló de Griezmann. Nada, no gusta; por ellos, que no venga. Bartomeu se fue con las líneas maestras trazadas y, aunque una semana después, otro mal día se llevó la Copa del Rey a Valencia, la hoja de ruta no varió: Valverde, confirmado y Neymar, en cartera. Ahora mismo, más en cartera que nunca. 

LA HOJA DE RUTA

Y no es fácil seguir pensando en Neymar. Desde aquella reunión en casa de Messi, el brasileño se ha visto envuelto en una acusación por violación, se ha vuelto a lesionar y no juega la Copa América. Su imagen, por los suelos, aunque todo eso ha venido a facilitar el hartazgo del PSG por la estrellitis de su jugador. No le quieren, el traspaso es posible, pero el Barça debe hacer frente a eso de la estrellitis. Pero lo consensuado con Messi pesa mucho.

Suárez lo recuerda desde la concentración de Uruguay: “¿quién no quiere jugar con Neymar? Y remata: de Griezmann no opino. Así están las cosas. Se abren las puertas a Neymar, pero no a cualquier precio. Una buena solución sería colocar al PSG a Coutinho, que no tiene sentido que siga si viene Neymar. Si Ney vuelve por cien millones menos de lo que se fue, no sería mala operación. Al fin y al cabo, lo quiere Messi y de lo que se trata es de arropar a Messi para que en los tres o cuatro años al máximo nivel que tiene por delante, se ganen dos Champions. Es lo inteligente. O por lo menos, es lo más seguro.