Aquel encuentro con Núñez

Nuñez

Nuñez / SPORT

Carles Sans

Carles Sans

Como es sabido, hace pocos días falleció Josep Lluís Núñez, el que fuera el presidente más duradero de la historia del FC Barcelona. En innumerables artículos todos los medios han glosado su vida y milagros al frente del club. En cada uno de ellos, como no puede ser de otra manera, se ha tocado la figura de Núñez con el debido respeto que se le debe a las personas que fallecen y que han realizado una labor importante desde su cargo. Sin duda Josep Lluís Núñez ha sido una persona importantísima para la entidad barcelonista.

También es verdad que son unos cuantos los que a día de hoy guardan un prudente silencio, e incluso otros que, como dice mi admirado Sergi Pàmies, le lloran con lágrimas de cocodrilo. La cuestión es que su fallecimiento me ha hecho recordar el único momento en que tuvimos un encuentro personal con él. Cuando digo tuvimos, me refiero a Tricicle. Corría el año 1994, fecha de la fundación de la Fundació del Barça, momento de enorme popularidad de Tricicle porque tan solo hacía 2 años que habíamos participado en la clausura de las Olimpiadas y estábamos representando Terrific, un exitoso espectáculo que abarrotaba los teatros de España.

La Fundació se puso en contacto con nosotros para que acompañásemos la presentación de una interesante iniciativa como fue la de poner unas losetas en el Camp Nou (¿debería de decir “llambordins”?) con el nombre de los socios que colaborasen en la Fundació. Nos presentaron al presidente Núñez en su despacho que, con disimulada timidez, nos estrechó la mano y muy brevemente nos dio la bienvenida.

Enseguida me pude percatar que la iniciativa de que fuésemos los padrinos de la rueda de prensa que iba a celebrarse tal vez no fuera de él: creo que nunca nos había venido a ver al teatro. Digamos que cumplió con su papel de anfitrión pero sin mostrarse demasiado fan. Ya una vez delante de los medios de prensa, tomó la palabra, les dio la bienvenida y mostró su satisfacción por poder contar con nosotros, “los de La Trinca”. Tal cual. Hubo risas y todo transcurrió como había empezado. Descanse en paz.