Aprobado al equipo, suspenso a la directiva

Bartomeu, durante su comparecencia de prensa en la sala Ricard Maxenchs

Bartomeu, durante su comparecencia de prensa en la sala Ricard Maxenchs / sport

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

La temporada deportiva del Barça ha terminado sin pena ni gloria. Gris y decepcionante. Las famosas notas de fin de curso no son para tirar cohetes, un aprobado justito junto a una recomendación obligatoria: el equipo necesita mejorar. Se aprobó el último examen, el que salvaba la temporada, pero se suspendió los dos importantes para conseguir buena nota. Luis Enrique se fue con la Copa del Rey y el equipo se ha quedado sin Liga ni Champions. Visto lo visto, el punto y aparte es obligado. No se puede vivir de rentas ni desperdiciar los mejores años de Messi con un equipo que no está a su altura. No toca revolución, pero sí un cambio profundo. Hay las bases pero faltan los complementos. Ahora más que nunca fichar bien es imprescindible si no se quiere perder el tren del Real Madrid. Por eso ha venido Valverde, para recuperar el potencial perdido, devolver la ilusión al Camp Nou y conseguir títulos. No es fácil, pero conoce el problema, sabe lo que falta para volver a ilusionar un vestuario que se había acomodado en exceso con el técnico asturiano.

Si se dieran notas a la directiva, nada les salvaría del suspenso. Más voluntad que acierto. Los problemas judiciales han amargado la temporada. Los reveses en los tribunales se han producido con una continuidad preocupante. El ‘caso Neymar I’ tuvo un triste final asumiendo el club el papel de perdedor y pagador. El ‘caso Neymar II’ tampoco pinta bien. El calvario en los tribunales ha continuado con la confirmación de la condena de cárcel para Messi en el Tribunal Supremo. La última desgracia ha sido la detención y encarcelamiento del expresidente Rosell, con luz, taquígrafos y ensañamiento incluido, es la gota que deja a la directiva tocada. 

Josep Maria Bartomeu tiene motivos para estar inquieto y preocupado por la complicada y extraña relación del Barça con la Justicia. Salen de una y entran en otra. No puede ser que el TAS rechace el recurso del Barça ratificando la sanción de la FIFA de no poder fichar hasta el 2016 y que el mismo tribunal suizo perdone al Madrid y se quede sin sanción por arte de magia. Este agravio comparativo grave demuestra que el Barça ha perdido poder e influencia en los despachos. El último caso es reciente, la Comisión Antiviolencia deja sin sanción los insultos a Piqué durante la celebración del titulo de Liga en La Cibeles mientras que hace años Eto’o, por un gesto similar, fue sancionado.

Pero lo más grave, si se confirman los rumores que llegan de Madrid, está por llegar y sería una bofetada tremenda al Barça de Messi. Fuentes del Bernabéu aseguran que la Fiscalía se inclina por considerar que Cristiano Ronaldo no cometió delito fiscal cuando defraudó 15 millones en derechos de imagen. Los abogados del jugador defienden que regularizó su situación de forma voluntaria a comienzos del 2015, antes de ser inspeccionado. Si la Fiscalía confirma esta tesis que defiende a muerte Florentino Pérez, el caso no se juzgaría por la vía penal como sucedió con Messi, sino que volvería a la vía administrativa y se solucionaría con una multa. Messi ha sido condenado a 21 meses de cárcel por fraude fiscal y por un delito similar Cristiano puede salir de rositas. Si esto pasa, apaga y vámonos.