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Opinión

Apocalipsis y propaganda con Nico Williams

Nico Williams durante el partido contra el Barça en San Mamés

Nico Williams durante el partido contra el Barça en San Mamés / Dani BARBEITO / Sport

El Barça seguirá existiendo sin Nico Williams, que siempre fue más una ilusión que una necesidad. La operación de márketing era estratosférica, pero deportivamente, y viendo el rendimiento de Nico la temporada pasada, no parece que el club blaugrana haya perdido una gran oportunidad. El fútbol nunca es cómo empieza sino como acaba, y si no vean lo que pasó con Arda Güler, con el que pareció que se hundía el mundo cuando el Madrid le robó la cartera al Barça, y sin embargo su fichaje frustrado propició la irrupción de Fermín y hasta quien sabe si aceleró la carrera de Lamine.

El Barça debe buscar efectivamente un sustituto de Raphinha, pero quedan muchos días de mercado y hay margen de maniobra. Dicho esto, no estaría mal sacar algunas conclusiones de lo que ha sucedido con Nico. La primera es que el Barça debe entender que se ha topado con una roca llamada Athletic, un club de verdad, una institución nacional en el País Vasco, que no iba a quedarse de brazos cruzados viendo cómo le arrancaban su jugador franquicia.

Sí, poca broma con el Athletic, y la nueva moda de pintarlo como un enemigo por una parte del entorno es propaganda infantil y, además, es equivocarse de enemigo. No, lo que deberían reflexionar algunos dóbermans teledirigidos es que lo grave no es que un club centenario te plante cara sino mantener sospechosas buenas relaciones con Florentino Pérez. La segunda lección es que el Barça hizo muy bien en no ceder y no aceptar una cláusula de escape inadmisible y que hubiera podido traer consecuencias nefastas.

La tercera es que si no se ha podido seducir a Nico no es por culpa de su malvado representante ni porque el presidente del Athletic sea Lucifer sino simplemente porque, sin la regla 1:1 y sin una economía estable, no es capaz de enviar todavía una imagen de fiabilidad al mercado.

Con otra realidad económica, Nico ya vestiría hoy la camiseta del Barça. La cuarta no tiene que ver con el Barça sino con el periodismo. El club puso megáfonos al fichaje, y se dedicó a filtrarlo en directo. Hay una vieja máxima que dice que en el Barça filtra quien quiere salvarse y controlar el relato. Pues eso: noticias debidamente orientadas a cambio de imagen. Más que el club, esta vez quien se ha hecho daño de verdad son los propagandistas. Cualquier cosa sería preferible antes de tener según qué amigos.

En resumen: que el no-fichaje de Nico no es ningún apocalipsis, pero debería servir para que todos aprendamos algo