Ansu no es Messi... ni pretende serlo

Ansu Fati volvió a ser titular y fue protagonista

Ansu Fati volvió a ser titular y fue protagonista / VALENTÍ ENRICH

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Ansu Fati no es Messi. Ni pretende serlo. Las comparaciones siempre son odiosas. Pero a veces resultan, mediáticamente, inevitables. Que Ansu Fati haya marcado más goles que Messi después de haber jugado 2.000 minutos es, simplemente, una estadística anecdótica. Nada más. Iniciar un debate profundo sobre cuatro tantos de diferencia (15 del joven canterano por 11 del crack argentino) es tan absurdo como perjudicial. Especialmente para Ansu. Que lo que menos necesita en estos momentos es paralelismos con el mejor jugador del mundo y de la historia. Messi es Messi. El número uno. Lo ha sido, lo es y lo será por mucho tiempo. Sinceramente, no creo que haya nacido todavía el futbolista que pueda igualar su talento y sus registros. El Barça ha disfrutado de su magia durante dos décadas. Y ahora, por culpa de la herencia recibida, ya no viste de blaugrana. Pero es el referente de toda una generación (casi diría que dos) de culés que le han venerado como un D10S.

Ahora que ya no está es lógico caer en la tentación de buscarle un relevo. O un sustituto. Pero eso es imposible. No existe el ‘nuevo Messi’. Ni existirá. Hay que asumirlo y buscar otros héroes, otras estrellas, otros ídolos... Ansu Fati puede serlo. Con solo 18 años ha demostrado que está preparado para ser el revulsivo que necesita el Barça que se está construyendo. Tiene calidad. Tiene gol. Y tiene valentía: ha aceptado sin temblar lucir la camiseta con el ‘10’ a la espalda. Con todo lo que eso significa. Pero huyamos, insisto, de las comparaciones. Messi es Messi. Y Ansu es Ansu. 

Un Ansu que ha vuelto a brillar después de diez meses de baja por lesión. Un Ansu que fue decisivo en la crucial victoria ante el Valencia. Un Ansu que ha devuelto la alegría a los culés. Un Ansu que es la clave para que el equipo de Koeman empiece el camino de la resurrección. El joven canterano es el líder ofensivo. Como Pedri lo es en el centro del campo. O Araujo en la defensa. La nueva generación de futbolistas que debe protagonizar la revolución que tanto necesita el vestuario del Barça. Paso a paso, Ansu va adquiriendo esos galones imprescindibles que solo se consiguen jugando buenos partidos. Grandes partidos, mejor dicho. Deslumbró ante el Valencia. Ahora le toca hacerlo mañana ante el Dinamo de Kiev. Y el domingo, en el clásico frente al Madrid. Un doble reto descomunal.