Con Ansu Fati, todo es posible

Ansu ha sido el mejor del primer tiempo en el Camp Nou

Ansu ha sido el mejor del primer tiempo en el Camp Nou / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Ansu Fati es el presente. Y el futuro del Barça. El canterano es la máxima representación de la ilusión y el talento. Los dos valores que emergen desde La Masia. El delantero tiene la capacidad de deslumbrar a los culés con su magia. Y lo hace desde la valentía de llevar el '10' en la espalda. No admite comparaciones con Messi. Estamos hablando del mejor futbolista de la historia. Pero Ansu genera un entusiasmo muy parecido al que ha provocado durante tantas temporadas el crack argentino. Cada vez que toca el balón sabes que va a pasar algo. Y casi siempre es algo bueno.

Este domingo fue titular por primera vez después de la grave lesión que le tuvo apartado de los terrenos de juego durante diez meses. Marcó un gol, provocó el penalti del segundo y fue el mejor del equipo de Koeman. ¿Qué más se le puede pedir a un chaval de solo 18 años? Simplemente, que siga igual. Que mantenga este espíritu combativo. Y que no pierda (o no le hagan perder) la cabeza con la renovación. Porque el Barça le necesita. Este domingo quedó claro. Fue decisivo en la victoria ante el Valencia. Una victoria reparadora, con remontada incluida, trascendental en una semana crucial para el futuro del conjunto blaugrana.

ASAMBLEA SUSPENDIDA

Laporta se las prometía felices en la asamblea tras las dos primeras votaciones. Los socios le dieron un respaldo unánime en el cierre del ejercicio 20-21 y aprovecharon para pedir medidas drásticas contra Bartomeu (“¡Presidente, vaya a juicio!”). Y también apoyaron por abrumadora mayoría el presupuesto de la temporada 21-22. Pero llegó la hora del Espai Barça y ahí se enredó todo. Elena Fort explicó muy bien el proyecto y el CEO Ferran Reverter , las implicaciones económicas del mismo. Pero los compromisarios, ante el inminente inicio del partido contra el Valencia, empezaron a inquietarse.

Surgieron dudas sobre la financiación (el crédito de 1.500 millones de euros que debe solicitarse para pagarlo) y algunas voces, incluso, pidieron un referéndum. Y el presidente, al ver que la cosa se complicaba demasiado, improvisó. Suspendió la asamblea y emplazó a los socios a buscar otro día para votar con más calma. Laporta, tal vez, tuvo miedo a sufrir una derrota que le hubiera complicado mucho su proyecto para resucitar el Barça. Una retirada a tiempo puede ser una victoria.