Ansu Fati estará en el Top-3 mundial

Ansu Fati celebra un gol con Jordi Alba

Ansu Fati celebra un gol con Jordi Alba / JAVI FERRÁNDIZ

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Tiene verticalidad, chispa y gol. Velocidad, desequilibrio y rapidez mental, lo que quiere decir que va directo a barraca y llega al balón y ejecuta la acción antes de que los rivales puedan bloquearle. Sus primeros veces siempre han sido espectaculares. Su debut con el Barça ante el Betis, su presentación en la Champions, aquellos minutos mágicos ante el Inter que dejaron boquiabiertos a los italianos, su estreno en la sub 21, en la selección absoluta... Siempre goleador, siempre decisivo.

Su último “debut”, este entrecomillas, con el Barça de Koeman, ya ha sido apoteósico. Los dos primeros goles del curso. El primero, el que más vale porque abre el partido y rompe al rival, un gol a lo Messi, llegando desde atrás para rematar al primer toque el centro hacia atrás de Alba. ¿Cuántas veces se lo hemos visto hacer a Messi? Pues bien, esta vez fue Ansu y no desmereció para nada algunas obras de arte de Leo. Y el segundo, mano a mano con el portero, sereno, seguro de sí mismo, con una frialdad digna de un veterano... ¡Un veterano de diecisiete años! Espectacular.

YA ES UN CRACK 

En cincuenta años no he visto a ningún niño de diecisiete años, dieciséis cuando apareció la temporada pasada, con la clase de Fati que no sea Leo Messi. Su eclosión es impactante, parecida a aquel Barça-Juve del Gamper del 2005 que fue el principio del boom Messi. Estoy convencido de que el nuevo Messi ya está aquí y está en el Barça. Desde el club piden paciencia y prudencia, no vaya a ser que se lo crea y se estropee.

Es lo habitual en estos casos, pero ¿cómo se frena tanto caudal de ilusión cuando su talento es casi infinito y no dejará de aparecer partido tras partido? Es lícito ilusionarse con Ansu, es más, es necesario. Es un crack y hay que tratarle como a un crack. No nos engañemos ni pretendamos engañarle: el mundo ha puesto su mirada en él y ha de convivir con ello. Clase le sobra y creo que personalidad no la falta. Le veo con la cabeza bien amueblada y preparado para la realidad que le viene, que no es otra que ser uno de los tres mejores futbolistas del mundo. Mbappé y él... hasta que Messi se retire.