El año de las camisetas limpias de publicidad

Levante y Alavés, en un duelo liguero

Levante y Alavés, en un duelo liguero / EFE

Marc Menchén

Marc Menchén

Si usted es un romántico del fútbol y se enfada cada año que el logo del patrocinador de su club no le gusta, está de enhorabuena. Probablemente la temporada 2021-2022 pueda adquirir la camiseta de su equipo sin publicidad. Es la dura realidad a la que el actual contexto económico ha abocado a los clubes de LaLiga, que encaran un verano en el que se combinan la prohibición de las casas de apuestas en las equipaciones con un contexto de ajustes en la inversión publicitaria por parte de las marcas y dudas sobre cuánto público habrá en las gradas a partir de agosto. 

El peor momento para salir a vender porque son una docena de clubes los que tienen que dar con una alternativa para los Betway, Marathonbet y Bwin de turno, que en las últimas tres temporadas salvaron la papeleta de muchos equipos con precios incluso superiores a la realidad del mercado. Daba igual, se trataba de ganar visibilidad e impedir que un operador de juego rival la consiguiera. Pero hay más, puesto que otra decena de clubes tenían a una marca en la manga de la camiseta. Más ingresos perdidos. Tantos, como 90 millones de euros que difícilmente se podrán recuperar a corto plazo. No hay ninguna industria que dependa tanto del deporte en directo como la del juego. 

Apunten: Sevilla FC, Valencia CF, Real Betis, Cádiz CF, Deportivo Alavés, Granada CF, Levante UD, RCD Espanyol, RCD Mallorca y CD Leganés. Todos a por un mismo potencial patrocinador y con no muchos argumentos diferenciadores. Juegan en la misma competición, sus ratios de audiencia no son muy distintos y, a lo sumo, el jugar en Europa puede ser el valor diferencial. Descontado eso, todos se mueven en la horquilla de entre el millón y los cuatro millones de euros por temporada. 

¿Alternativas reales al juego? Han ido surgiendo durante el confinamiento, y guardan mucha relación con los nuevos hábitos de consumo. Cada vez más empresas de delivery están invirtiendo en clubes y competiciones, buscando explotar el momento de consumo y las trabas que aún tiene la restauración. Y, aunque con más dudas sobre su futura regulación, está el extraño mundo de los tokens, donde aún debemos saber si es coleccionismo o especulación. Con lo que los clubes no quieren especular es con sus ingresos, aunque eso ya no está en su mano. Aunque los precedentes no acompañan: el Barça ya asumió una rebaja del 45% para 2021-2022.

El 'salvavidas' saudí para Luis Rubiales

Los aficionados de LaLiga ya saben que, si su equipo juega la Supercopa de España, le tocará viajar a Arabia Saudí hasta 2029 si quiere verla en directo. Es la contrapartida asumida por la Federación para cobrar en 2020 los casi 40 millones del acuerdo. Era eso o dejar al fútbol aficionado sin las ayudas que prometió.

Empieza una Eurocopa de 2.000 millones

La UEFA asumió el golpe de posponer un año su torneo de selecciones para que las Ligas no quebraran en 2020. Nunca se pensó en la suspensión, pues el torneo que ayer arrancó generará unos ingresos de casi 2.000 millones entre televisión, patrocinio y algo de ticketing. Sin ese dinero, el desarrollo del fútbol base sufriría.