Andrés Iniesta y su misión evangelizadora

Iniesta, junto a Mikitani

Iniesta, junto a Mikitani / EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

La llegada de Andrés Iniesta a una liga menor como la japonesa y a un fútbol poco competitivo internacionalmente hablando tendrá un efecto ‘evangelizador’. Un jugador tan exquisito como él, admirado además por su calidad futbolística y humana, será esencial y un maná para que la liga japonesa crezca mediáticamente y mejore de nivel futbolístico. El fichaje de grandes estrellas en ligas en pleno crecimiento y evolución (Major League Soccer, China, Qatar, incluso Australia y la India) viene siendo una constante en mercados que quieren tener su cuota de protagonismo. Todo ello sería imposible si, previamente, y como contrapartida, no se regara con generosos millones a esas figuras mediática.

Es verdad que el cambio de país y de liga tiene un punto de aventura, de ilusión por conocer otra cultura, pero lo más importante, no nos engañemos, es el dinero. Y me parece lícito y respetable. Iniesta ha decidido ir a Japón, como hubiera podido ir a China, porque vivirá durante tres años una nueva experiencia sin la enorme presión de tener que ganar siempre con la camiseta azulgrana... y además ingresará mucho más dinero del que y ganaba en el FC Barcelona. Por lo tanto, miel sobre hojuelas. Una jubilación dorada que le permitirá tener un tranquilo final de carrera y donde podrá poner su granito de arena para que el fútbol en Japón entre en otra dimensión. Andrés ha afrontado esta etapa de su vida con la sensibilidad y la elegancia de sus regates, todo sutileza. Mucha suerte, Andrés.