Anatomía de un asesinato

Desastre en Lisboa

Desastre en Lisboa / VALENTÍ ENRICH

Rubén Uría

Rubén Uría

En la Ciudad de la Luz, el Barça presentó, de manera oficial, su certificado de defunción futbolístico. Los estertores del equipo fueron sepultados por un Bayern en modo apisonadora. Fue la crónica de una muerte anunciada. La que auguraron los forenses de la prensa. La autopsia fue reveladora. Asesinado a sangre fría por un Bayern que le cosió a puñaladas, el débil corazón del Barça dejó de latir. Había llegado a Lisboa casi en fase terminal y conectado a su respirador artificial habitual, Messi. Esta vez, ni el argentino pudo salvar a un Barça moribundo.

El Bayern reventó al equipo azulgrana y con tanta autoridad como violencia, bailó sobre la tumba deportiva de un equipo que hace un lustro dominaba Europa y que, por tercer año consecutivo, volvió a ser humillado. Hace cinco años el Barça era el rey de la Champions y ahora, le queda tan grande como a Bartomeu la presidencia y a Setién el banquillo Antes del choque, el culé se aferraba al clavo ardiendo de Messi. No pudo ser. Da Luz asistió a un duelo entre atletas y veraneantes. Fue la anatomía de un asesinato con balón. Cayeron ocho y pudieron ser doce. Fue una masacre. 

ABURRIR A MESSI

El diez lo avisó por tierra, mar y aire. “Jugando así, no nos dará”. Y como el que avisa no es traidor, su profecía se cumplió. Su zurda lleva demasiados años sosteniendo al club, tapando una directiva caótica y vertebrando un vestuario que no para de cumplir años. Se suponía que los últimos años de Messi, el club sería capaz de aligerar su carga, pero lo cierto es que el argentino es el escudo humano de un club desnortado. Antes de irse, Guardiola aconsejó al Barça que hicieran feliz a Messi. La realidad es que, empachado de mediocridad, el club ha perpetrado el crimen deportivo más intolerable de la reciente historia azulgrana. Como la estupidez siempre insiste, desde el despacho al banquillo, han conseguido lo que parecía imposible: aburrir a D10S. Ahora algunos deberían rezar para que siga queriéndose quedar con esta ruina.