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Opinión | RCD ESPANYOL

¿De verdad alguien ve el vaso medio vacío con este Espanyol?

Jugando así los resultados volverán a llegar seguro, pero hay que marcar, hay que mejorar la puntería y esa no es tarea fácil para los de Manolo González

Roberto se lamenta durante el Espanyol-Betis

Roberto se lamenta durante el Espanyol-Betis / EFE

Segunda derrota del Espanyol. Primera en casa. Pero es inevitable asumir que el cuadro blanquiazul atraviesa el primer bache de la temporada. Y lo hace justo antes de un parón. No es la mejor de las noticias tener dos semanas para darle vueltas a las cuatro jornadas consecutivas sin ganar. O sí, depende de cómo se mire.

Son 2 puntos de 12 posibles los que ha sumado el Espanyol en los últimos partidos, lo que obliga a pedirle al equipo una mejoría. ¿Pero en qué? Ojalá todos los baches fueran como este en Cornellà-El Prat.

A los de Manolo González no se les puede echar en cara ni la falta de ambición, ni algún drama defensivo y ni mucho menos la ausencia de creatividad ofensiva. Volvieron a ser 14 disparos, después de los 21 contra el Valencia y los 20 contra el Girona. Y contra un Betis llamado a pelear por la Champions o la Europa League.

Pero todo ese caudal ofensivo, esta vez, ni siquiera valió para sumar un punto. Contra los ches entró la de Javi Puado en el último minuto, pero ante el Betis no. Así es el fútbol.

En una semana en la que mucho se hablaba de la falta de eficacia, el Espanyol hasta desperdició una pena máxima en el 102’. Pero tampoco serviría de nada poner a los delanteros -que han demostrado tener gol- a rematar en los entrenamientos, que si la pelotita no quiere entrar, no entrará.

Seguramente Manolo y cualquier aficionado perico prefiera jugar mal y puntuar. Lógico. Pero lo único de lo que no hay duda es que, manteniendo este nivel de juego pocas veces visto en el RCDE Stadium y creando infinidad de ocasiones partido tras partido, los resultados volverán a llegar y el Espanyol luchará a final de temporada por estar al menos en el Top-10. Recordemos que el objetivo, por muchos sueños que valgan, no deja de ser otro que la salvación. Y sin sufrir.