Algo pasa con el Barça

De lo sucedido el martes pasado en el Etihad Stadium la derrota no es lo peor. Lo peor fue ver cómo el Barça, que en el minuto 38 llevaba un 72% de posesión y un gol a favor, con un recital de control y posicionamiento, acababa perdiendo por tres goles en contra y dando una imagen de equipo desconcertado y con algunos jugadores perdidos por el terreno de juego. 

Una vez superado el estupor postpartido, esa segunda mitad me sorprende menos si tiro de memoria y hago un repaso del juego exhibido en los tres o cuatro últimos partidos. El Barça no está siendo el equipo que nos tiene acostumbrados. Gana, que es lo que cuenta; pero su juego no es el del equipo arrollador de hace unas semanas atrás, ni por supuesto tampoco el del año pasado. En la ida contra el Manchester, y a pesar del engañoso 4-0, el juego no fue el de ese equipo implacable que conocemos. En Mestalla, a pesar de ganar en el último momento, tampoco me transmitió confianza ni me pareció lo suficientemente sólido. Y dicho por Luis Enrique, ante el Granada su juego fue muy espeso. Así que, siendo realistas, al Barça parece que le está costando sacar adelante los últimos encuentros. Si todo se le pone de cara, le es más fácil; pero si se le tuerce con un gol en contra, se encalla y parece que pierde confianza, como ocurrió el martes pasado ante el City. Ese día, en la segunda parte, se perdieron muchos balones donde no deben perderse. Sergi Roberto se vio en apuros y cometió varios errores, Busquets se equivocó al cometer una falta evitable que propiciaría el segundo gol inglés y, a partir de ir por debajo en el marcador, los jugadores llegaron siempre tarde al balón. En el minuto 62 otra perdida de Sergi Roberto pudo costarle al Barça otro disgusto, mientras Messi, que en la primera parte había estado muy activo, se miraba el descosido como desconectado. Algo le pasa al Barça y, sea lo que sea, espero que se trate de algo pasajero. En Sevilla lo comprobaremos.