Aleñá o la improvisación como método

Aleñá ya trabaja con sus nuevos compañeros en el Betis

Aleñá ya trabaja con sus nuevos compañeros en el Betis / Real Betis Balompié

Ernest Folch

Ernest Folch

Valverde desveló ayer por sorpresa que si Aleñá se fue al Betis fue “porque se lo permitía una cláusula de su contrato”. Cuando un entrenador apela a una cláusula para explicar una marcha lo que quiere decir es que se fue en contra de su voluntad. La cesión de Aleñá al Betis es triplemente sorprendente: se produce de manera súbita, mucho antes del cierre del mercado, sin que hubiera ninguna necesidad deportiva de ejecutarla tan temprano; se produce cuando mejor estaba jugando el canterano y se produce cuando más se le necesitaba, en en plena redefinición del mediocampo blaugrana: Rakitic, que empezó el año desahuciado y con un pie y medio fuera, ha sido recuperado sobre la campana, no se sabe si por convicción o por necesidad.

Arturo Vidal ha hecho el viaje inverso: ha ido de más a menos, y desaparecido de la titularidad en las últimas semanas, ha filtrado una demanda al club por una diferencia de interpretación sobre 2,5 millones, una situación esperpéntica que debería poner en cuestión la continuidad del chileno.

La trayectoria de Arthur es todavía más preocupante: ha pasado de titular a encadenar ocho partidos sin jugar, aquejado de una misteriosa pubalgia, de la que hemos ido conociendo sus plazos de recuperación sobre la marcha, y con una opacidad que ha dado pie a múltiples teorías de la conspiración. Quedan a salvo De Jong, el único indiscutible e impoluto, Busquets (ahora titular pero suplente en varios partidos de principio de temporada), y Sergi Roberto, que es medio solo a ratos y cuando se lo permiten sus obligaciones como lateral derecho. La buena noticia es que todos estos vaivenes sin control pueden favorecer a Riqui Puig, hasta ahora con un papel marginal.

La mala noticia es que todo desprende una gran sensación de provisionalidad, con el último episodio de Aleñá marchándose gracias a una cláusula desconocida y que le ha permitido salir justo en el momento que más se le necesitaba. Cuando el método es la improvisación es muy difícil defender un plan.