Alba, lágrimas de pasión azulgrana

FC Barcelona - Mallorca | Jordi Alba, entre lágrimas al ser sustituido

Jordi Alba, entre lágrimas al ser sustituido ante el Mallorca / LALIGA

David Bernabeu

David Bernabeu

En la vida lo importante no es el tiempo que uno pasa en los sitios, sino la huella que deja. Pero aún existe algo más reconfortante: que la gente te lo reconozca. Nadie, siendo futbolista del Barça, no hubiera firmado irse como lo hicieron Sergio Busquets y Jordi Alba. Su adiós estuvo casi a la altura de la que recientemente tuvieron mitos irrepetibles como Puyol, Xavi o Andrés Iniesta. Y eso, conociendo detalles de la tensión que ha rodeado sus casos en los últimos tiempos, ya es mucho. Si encima, se van al unísono con el viejo Camp Nou, ya no hay epílogo que lo supere.

Busi, con la decisión más asumida, logró mantener la calma de principio a fin. Jordi, cuyo paso al costado anda demasiado tierno, se derrumbó en el cambio. Más culé que el palo de la bandera, sus lágrimas son la metáfora que le definen: piel de lobo, corazón de cordero.

Conocí a Alba en 2011, cuando ya se cocía su regreso al club azulgrana. Coincidimos en “La Porteria”, del gran Pitu Abril. Intercambiamos teléfonos y me prometió que, si cumplía su sueño, iba a concederme una entrevista. Cuando fichó, eran ya tiempos difíciles para algunos medios en Can Barça, cuyo grifo acabó cerrándose a cal y canto. Con el club mareando la perdiz, el lateral forzó, cumplió su promesa y se sometió a un reportaje sin límites. Ese es Jordi. Un tipo con carácter, preso de un pronto que, a veces, le perjudica; pero buena gente, de palabra y humilde, a imagen y semejanza de sus padres.

En el césped, más allá de su talento, sublimó lo más fácil y más difícil a la vez: entenderse con Messi. Su química con Leo llegó a patentar una conexión imparable cuyo zénit se escribió en el Bernabéu, con el gol del argentino en el descuento y la camiseta al viento de Chamartín. Ojalá el genio vuelva un día a llorar en el Camp Nou. Pero de felicidad. Buen día para recordar el consejo que le dió Xavi: “para irte bien del club de tu vida, debes volver.”