¡Alarma en Madrid! Pueden perder dos títulos en cuatro días

Vinicius se lamenta por una ocasión desperdiciada en el Clásico

Vinicius se lamenta por una ocasión desperdiciada en el Clásico / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Todas las alarmas se han encendido en el Bernabéu. Hay nervios, ansiedad y miedo. La segunda visita del Barça en cuatro días crea pánico en la casa blanca. Muchos madridistas consideran que lo sucedido el miércoles puede ser el presagio de otra derrota que les sumerja en una crisis profunda. Florentino Perez teme una rebelión contra el palco. Le atemoriza volver a escuchar gritos de ¡dimisión, dimisión! No en vano, Solari se ha convertido en un muñeco en el banquillo y los tiros apuntan directamente al presidente. El ser superior está en horas bajas, paga muy caro vender a Cristiano por un precio de rebajas sin tener un sustituto de garantía. 

El Barça se encargó en la Copa de poner en evidencia la impotencia blanca de cara a gol. Un problema que no ha sabido resolver Benzema ni  Bale. Y mucho menos Mariano que ha sido un fichaje de risa. Han perdido pegada y hasta la suerte les abandona. Los de Valverde, sin jugar un gran partido, fueron capaces de sacar un gran resultado marcando tres goles en dos remates a portería. Lo nunca visto. El Bernabéu es un campo talismán para la bestia negra del Madrid.

El partido de esta noche tiene un morbo subido. Messi y compañía salen con nueve puntos de ventaja a verlas venir, confiando en su contraataque y en su pegada. El rival saldrá con los nervios a flor de piel asustado por la responsabilidad de poder perder la Liga hoy mismo. En cuatro días se pueden despedir de dos títulos. El palo de caer eliminados en Copa fue muy grande. Despedirse de la Liga a dos meses y medio del final del campeonato sería un mazazo de consecuencias imprevisibles. Confiar en la Champions, parece una apuesta suicida esta temporada.

Mientras Florentino Pérez contempla con disgusto y tristeza como su equipo se desmorona, comienza a preparar un plan para la peor de las hipótesis, que no ganen nada y el final de temporada sea la caída del imperio blanco. Hasta hace poco su prioridad era la rehabilitación del estadio para dejar un legado personal a la historia del club, ahora se ha dado cuenta que tiene un problema mas urgente, reconstruir un equipo que vive del pasado. Hay que hacer buenos fichajes o lo que es lo mismo, gastarse muchos millones. El presidente blanco sueña con que el arquitecto del nuevo proyecto sea un viejo amigo, Mourinho. Quiere un fichaje de renombre para hacerle de paraguas, un entrenador duro para imponerse a los jugadores y un empleado fiel que se enfrente a la prensa cuando sea necesario. 

Mourinho está libre y con ganas de volver a entrenar. No tendrá mejor oferta que la del Madrid. Ha perdido prestigio y carisma por su mala etapa en el Manchester United, pero conoce bien un club donde el único que manda y decide es Florentino. Si escucharan la opinión del vestuario seguro que el portugués perdería la votación ya que dejó más enemigos que amigos. Lo que está asegurado es que habrá una operación limpieza a fondo al gusto del nuevo entrenador y una serie de fichajes para ilusionar a los aficionados. 

Déjenme decir una maldad para terminar. Mourinho desea hoy la victoria del Barça porque una derrota del Madrid le acercaría al banquillo del Bernabéu.