Ahora, el problema lo tiene Florentino

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

No hay ninguna duda de que el Barça ha pagado con sangre la mala gestión deportiva de los últimos años, para ser más exactos, la mala renovación de un equipo que se veía a la legua que había finalizado su ciclo. Es muy difícil hacer una revolución cuando se está ganando. Concretamente, el Barça prefirió engañarse con que la humillante remontada que le infligió la Roma en la Champions de 2018 fue solo un accidente.

Al año siguiente, cuando se repitió la historia con el Liverpool, volvió a esconder la cabeza bajo el ala. Y a la tercera, llegó la gran hecatombe, el 2-8 contra el Bayern. Entonces, arruinados económicamente por los contratos multimillonarios que Bartomeu regaló a sus viejas glorias y el impacto brutal que supuso la pandemia, ya no había nada que hacer y el declive fue imparable hasta que Bartomeu salió en globo, llegó Laporta y se fue Messi.

Y a partir de ahí, la renovación, con Xavi y las palancas. Tiempos durísimos hasta que, ahora, la Liga recién conquistada es la luz al final del túnel. Queda trabajo por hacer, pero se está en el buen camino. 

EL DECLIVE BLANCO

Las últimas vacas sagradas se han ido este año y hay savia nueva a la que agarrarse, Araujo, Balde, Pedri y Gavi, que junto a Ter Stegen, Lewandowski, De Jong y Christensen forman un grupo competitivo. En la Liga, desde luego, han arrasado, lo que nos lleva al Madrid, que aunque ellos no quieran darse cuenta, está en el principio de la pendiente en la que estuvo el Barça. Su triste Liga y el 4-0 del City son el primer aviso. Pero parece que se lo toman a guasa, como el Barça años atrás. Kroos, Modric y Benzema son sus vacas sagradas.

Ahora el problema lo tiene Florentino. El inicio del declive blanco se parece mucho al que condenó al Barça hace unos años. Una vez se les han escapado Mbappé y Haaland corren el riesgo de perder tiempo y dinero con fichajes equivocados.

De momento, Tchouaméni y Camavinga no les han aportado nada y la figura que suena, Harry Kane, no parece la panacea. Uno tiene la impresión de que mientras el Barça sale del túnel, el Madrid está metiéndose en él. Veremos cómo se sale Florentino de esta.