Opinión
Ahora sí que sí

Los jugadores del FC Barcelona saludan a los aficionados culés en el Signal Iduna Park tras el partido frente al Borussia Dortmund de la Champions 2024/25 / Valentí Enrich
El Barça pasó a semifinales en Dortmund después de un partido que podría dejar más incertidumbre que certezas de cara al futuro inmediato. Sin embargo, en psicología existe la teoría por la cual de las situaciones negativas dicen que se puede sacar aspectos positivos. Así lo vio Hansi Flick después del partido dónde en rueda de prensa destacó los aspectos positivos de haber superado la eliminatoria y dio una señal de positividad de cara a la siguiente eliminatoria.
Es decir, Hansi, listo donde los haya, reservó los posibles toques de atención para los momentos de privacidad y prefirió dar de cara a la afición una sensación satisfactoria por los logros del equipo.
Razón no le falta, creo que todos estaremos de acuerdo que nadie hubiese apostado a comienzos de la temporada que el Barça estaría entre los cuatro mejores equipos de Europa. Y no solo eso, sino que también jugaría arrollando a los rivales y marcando hasta la fecha 147 goles en todas las competiciones oficiales.
Una barbaridad. Lo que pasa es que ya sabemos que en el fútbol la memoria es corta y las exigencias son constantes. De poco le sirve al aficionado lo que hasta ahora se ha conseguido si mañana se pierde la Copa del Rey, nos eliminan en las semifinales de la Champions o si se pierde el liderato de La Liga.
Es por eso que después del partido del martes en Düsseldorf todos nos hemos quedado con la mosca tras la oreja, ha llegado una derrota, la primera del año, y supone un toque de atención, que volviendo al precepto de psicología por el cual no hay mal que por bien no venga, seguramente no está tan mal experimentar que esto de la Champions no es un camino de rosas, que relajarse o cometer errores y perdidas como las se cometieron, se pagan muy caras y que de no haber llegado a Dortmund con una renta de cuatro goles, hoy la culerada estaría muy decepcionada.
Estoy seguro que este tropezón habrá ido muy bien para que el equipo calibre mejor los siguientes encuentros. A Flick le corresponde mostrárselo y a los jugadores conseguirlo. Porque, ahora si qué sí, entramos en el momento más decisivo en todas las competiciones; todo se puede ganar o todo se puede perder.
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