La adaptación de De Jong

De Jong reconoció que deben trabajar más para mejorar el juego

De Jong reconoció que deben trabajar más para mejorar el juego / JAVI FERRÁNDIZ

Xavi Torres

Xavi Torres

El Barça ha hecho un gran fichaje. Así, de entrada, para que no haya dudas sobre la intención de la reflexión. Solamente tiene 22 años y acaba de cambiar de país, de club, de compañeros y de vida. Y, aun así, se ha convertido en indiscutible en uno de los mejores clubes del mundo. Solamente Ter StegenSemedo y él han jugado los 16 partidos de la temporada y solo el portero alemán y Piqué han estado más minutos sobre el césped. Sin embargo, hay una pregunta importante por hacerse: ¿el Barça de esta temporada, con él de pilar, es mejor que el de la pasada?

Uno tiene la sensación de que encontraríamos unanimidad en la respuesta: no lo parece. No hay duda de que la aportación de Griezmann es escasa y que la aparición de De Jong es más impactante en el aspecto individual que en el colectivo. Su fútbol, como su aspecto, es vistoso. Tiene buena formación, sus conducciones tienen ya un sello de identidad en el Camp Nou, es clarividente con el balón y generoso sin él. Al seguidor del Barcelona, no hay duda, les gustan los futbolistas como De Jong. Sin embargo, a día de hoy y alrededor de su aportación grupal, hay mucho por debatir.

Apreciaciones

De Jong le sucede como a Fábregas: su pasado, confunde. Cesc se formó en el Barça pero se hizo futbolista en el Arsenal. Cuando regresó al Barcelona todo el mundo interpretó que su adaptación sería inmediata. Pero no. A él le gustaba correr y practicar el fútbol vertical que le hizo estrella en la Premier. 151 partidos y seis títulos después, regresó a Inglaterra sin dejar huella. De Jong viene del Ajax, un club con esencias similares pero ejecuciones diferentes en situaciones parecidas.

Y aquí reside, de momento, el problema. Su academicismo técnico y táctico, a menudo, no son tan productivos como en su exequipo  por la presencia imperial de Leo Messi en el terreno de juego. Por ejemplo, la acción pide jugar por fuera pero la bendita realidad exige un pase por dentro para encontrar al 10. Otro. La pausa o la aceleración, en el Ajax, se decidía desde el doble medio centro -Schöne-De Jong-; en el Barça, dispone Messi.

En esta asignatura, Sergio Busquets es un maestro. Antes de la recuperación ya sabe donde está su compañero porque, tras el robo y a un toque, le va a dar el balón. Ganar un segundo en cada acción le permite a Messi estar libre de marca y, en este contexto, todo el mundo sabe lo que puede suceder.

Ante el Celta, una vez más, se constató la distancia entre el holandés y el argentino, incapaces de conectar a pesar de jugar mucho tiempo uno cerca del otro. Solo seis pases de Messi a De Jong y apenas nueve en la dirección contraria. De ellos, únicamente cuatro en zonas trascendentes. Apenas han jugado juntos el 52’3% de los minutos de la temporada así que deberemos esperar para concluir.