Abróchense los cinturones porque no hay ni un duro

Joan Laporta fichó a David Villa en 2010

Joan Laporta fichó a David Villa en 2010

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Joan Laporta ganó las elecciones y, como esto es una democracia, debería tener libertad absoluta para construir un proyecto según su idea de proyecto. Pero no es así. Laporta no es libre porque solo es libre quien no tiene hipotecas. Y la hipoteca del actual presidente del Barça, que es la hipoteca del Barça, es enorme. Se debe tanto dinero que es obligatorio deber más para intentar deber menos en el futuro. Es el pez que se muerde la cola. Es el anuncio de esas financieras que estrujan las economías de las familias vendiéndoles no sé qué rollo de refinanciación que lo único que pretenden es hacer negocio con la miseria familiar, en este caso con la miseria familiar barcelonista. No, Goldman Sachs no ha venido a rescatar al Barça, ha venido a hacer negocio, que es lo que empresas de este tipo hacen cuando huelen sangre.

Hay que aceptarlo, pero aceptando también todas sus consecuencias. Laporta tiene un proyecto deportivo en mente que pasa por cambiar de entrenador y de jugadores, de firmar a grandes estrellas y construir un equipo que compita por la Champions desde el primer día. De ser, en definitiva, el Barça de 2009 en adelante. El problema es que de aquello solo quedan algunos jugadores que tienen unos cuantos años más y la nostalgia solo sirve para hacerse daño a uno mismo. Toca pensar distinto, toca pensar diferente, toca arremangarse y decir, alto y claro, que si suena la flauta, disfrutaremos un poco y que, si no suena, tocará sufrir. El mensaje es duro, pero el problema lo tendrá quien no acepte la realidad, quien siga creyendo que vivimos tiempos de vino del bueno y rosas de Sant Jordi y no tiempos de Montroy y flores robadas. Abróchense los cinturones porque no hay ni un puto duro...