400 goles, va poca cosa para Messi

Ese gol 400 fue el tanto de la tranquilidad, de la confirmación, en un partido que estuvo tan peleado como los técnicos del Barça, que ya lo anunciaron, presagiaban. 

El Eibar del bueno de Mendilibar es el equipo de LaLiga que mejor aprieta a su rival y no es cómodo, no, jugar frente a ellos, porque no solo no te deja pensar sino que es muy difícil meterle un gol.

El Barça, como el resto de equipos de LaLiga, se aleja, en efecto, de aquellos campeonatos que el líder, el favorito, el campeón conquistaba con 100 puntos. 

La primera vuelta la acaba con 43 puntos, cinco más que el Atlético (¡vaya, Cholo, ganaste de penalti inexistente!) que continúa venciendo por la mínima y pidiendo el tiempo y 10 más que el Sevilla de Pablo Machín, que empieza a acusar los tres partidos por semana, y el Real Madrid, que venció, mira tú, con medio equipo (o más, más) del Castilla en el Benito Villamarin, donde tiene mucho mérito pues al Betis lo entrena aquel que muchos quisieran ver, por cruyffista, pronto en el banquillo del Camp Nou y eso que acaba la primera vuelta séptimo, a 17 puntos del ‘Txingurri’ , es decir, casi seis victorias (o derrotas de los culés).

Es evidente que este es un campeonato que no se ganará ni con 100, ni con 90 puntos, probablemente, pero sí es cierto que tiene su miga e interés pues cuesta muchísimo ganar todos los partidos, seas quien seas y juegues donde juegues, cosa que los comentaristas deberían de tener muy en cuenta porque nadie, nadie, gana fácilmente tengas o no casi 1.000 millones de euros de presupuesto.

PD: Sé que lo han hecho ¡vaya que sí!, ustedes no se pierden una, pero no dejen de ver los goles de Rubén Alcaraz en Mestalla ¡menudo zambombazo a la escuadra!, los portentosos dos tantos de Iñaki Williams en San Mamés ante el Sevilla de Pablo Machín y, sobre todo, háganme caso, el de Lago Júnior, del Mallorca, ante el Deportivo. Aunque sea de Liga 123, vaya golazo.