El 2020 arranca con las mismas dudas del 2019

Valverde, en el banquillo en el derbi

Valverde, en el banquillo en el derbi / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça ha iniciado el 2020 con las mismas dudas que terminó el 2019. Dudas en el juego del equipo, dudas en el rendimiento de varios jugadores y, por supuesto, dudas en la gestión del vestuario y en los planteamientos tácticos de Valverde. Pero sigue líder en la Liga (aunque empatado a puntos con el Madrid), clasificado para los octavos de final de la Champions y con posibilidades de conquistar esta semana el primer título de la temporada: la Supercopa de España. Los culés más resultadistas se resisten a preocuparse, cuando la realidad es tozuda: este Barça sobrevive agarrado a Messi, a Luis Suárez y, curiosamente, a Arturo Vidal. Un tridente inesperado (especialmente por lo que hace referencia al chileno), que está permitiendo a los blaugranas mantener sus aspiraciones intactas a la espera de tiempos mejores. Que todos esperamos que lleguen... 

Este Barça está muy lejos de ser un conjunto capacitado para ganarlo todo. Y Valverde sigue sin encontrar las soluciones que permitan el salto de calidad imprescindible. La reacción ya es urgente. Porque más allá de esta exótica Supercopa que se disputa en Arabia Saudí (a cambio de mucho, muchísimo dinero, para la Federación y para los cuatro clubs participantes), el Barça se enfrenta en el próximo mes y medio a una auténtica maratón de partidos (hasta 9, si llega a la final de la citada Supercopa) con muchísimo en juego. Todo en juego.

La decisión de Valverde de llevarse a Arabia Saudí hasta 7 jugadores del filial no hay que entenderla por una firme apuesta por los canteranos (el ostracismo de Riqui Puig está siendo tan grave como lo fue el de Carles Aleñá, obligado a irse cedido al Betis para tener minutos), sino como un gesto de cara a la galería, porque ya veremos lo que juegan en este torneo. Puede que Carles Pérez o Ansu Fati tengan unos minutos, pero poco más. Ni siquiera en la gestión de los chavales tiene Valverde un plan trazado. El técnico ha improvisado con los canteranos y los ha utilizado para tapar agujeros (lesionados). Podría ser más valiente ante el escaso rendimiento de algunas ‘vacas sagradas’. Pero no. En su tercera temporada en el banquillo mantiene su política exasperante: juegan siempre los mismos. Aunque no jueguen bien. Y así le va al Barça...