2’26’’ para que Leo se quede en el Barça

Messi levantó el trofeo de campeón

Messi levantó el trofeo de campeón / EFE

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

El cuarto gol del Barça en la final copera ante el Athletic Club fue una auténtica declaración de principios blaugrana sobre el césped de La Cartuja. Esos 2’26” desgranan el paradigma de una forma de concebir el fútbol a partir de la asociación del talento y el esfuerzo colectivo en torno al balón, que es considerado el punto de inicio como arma defensiva y atacante a la vez, en la misma jugada, hasta que aparece el crack y decide. En el 0-4, el Barça culminó un monumental rondo de dos minutos y medio con una de las acciones que tantas veces ha definido al mejor Barcelona de la historia: último pase de Jordi Alba y remate del ‘D10S’. Una bendición, recordando que Messi y el Barça vienen de donde vienen; de un humillante 2-8 en Lisboa que dinamitó el banquillo, el vestuario y la presidencia del club. En la noche de Sevilla, el Barça certificaba que está de vuelta. 

VOLVER A GANAR La reconstrucción está siendo dura, con dientes de sierra -la derrota en el clásico, la eliminación ante el PSG...-. Pero, ¿quién podía pensar hace solo unos meses que los blaugranas levantarían la Copa y aspirarían al doblete? Además, ofreciendo su mejor versión, y con un equipo plagado de jóvenes y prometedores talentos -De Jong, Pedri, Dest, Araujo, Mingueza...- comandados por una vieja guardia que, contagiada de su juvenil descaro, ha recuperado la ilusión por competir y ganar. Koeman, con paciencia y sabiduría (y sin refuerzos), ha liderado la reconstrucción de un equipo hecho trizas. Su éxito se resume en esos casi dos minutos y medio del 0-4, y puede convertirse en el mejor argumento del presidente Joan Laporta para convencer a Leo de que el Camp Nou no solo sigue siendo su casa; también continúa siendo el mejor lugar para jugar al fútbol y ganar títulos.