El skimo permite disfrutar de la montaña de una forma diferente

El esquí de montaña está en pleno auge

El skimo permite disfrutar de la montaña de  una forma diferente

El skimo permite disfrutar de la montaña de una forma diferente / Atomic

Sergi Mejías

Cada vez son más los esquiadores que encuentran en el skimo otra manera de disfrutar de la montaña y de la nieve en invierno. Muchas son las estaciones que han habilitado  y señalizado una serie de itinerarios para su práctica. El boom también queda patente en las propias pistas de esquí donde no es difícil ver a un esquiador de montaña ascendiendo por el extremo de la pista. “Desde Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya ya hace años que marcamos unos itineraios para practicar el skimo de una forma más segura”, apunta Enric Serra, director de Vallter 2000.

Para disfrutar del skimo hace falta un conocimiento previo del entorno, el material y también la técnica. Esta popularización del esquí de montaña  también ha venido dada por la proliferación de los esquiadores que practican el esquí de montaña en las pistas de esquí, con nieve bien pisada, como medio de mantenerse en forma. En este caso se debe tener claro que se comparte pista con los esquiadores de alpino de manera que se tiene que subir por un lateral de la pista y si se cruza siempre en un punto con mucha visibilidad y sin molestar a los que bajas. En caso de hacerlo en grupo se cruzará en hilera para no ocupar toda la pista. Y si al cruzar llega un esquiador que no hemos visto lo mejor es quedarse quieto. Desde FGC en colaboración con la FCEH, esta temporada ha estranado un forfait para skimo.

A la hora de planificar una salida se debe hacer de una forma realista, es decir, según el nivel de los participantes, consultado la previsión meteorológica y el riesgo de aludes. Fuera pista seguiremos la huella del guía o del esquiador de delante y es indispensable saber realizar un cambio de dirección de la ‘Vuelta María’ para seguir subiendo y cambiar de dirección sin romper el manto de nieve, que podría provocar un alud. “El boom del skimo ha traído a mucha gente desconocedora del medio. Muchas veces no consultan la previsión meteorológica o no tienen en cuenta detalles como está sucediendo ahora que al hacer carlor durante el día y frío por la noche la  nieve se transforma y hiela, siendo un escenario complicado para el skimo”, desvela el propio Serra.

En el skimo hay que tener en cuenta que los esquís no suelen tener freno de manera que los tendremos que apoyar en la nieve sobre la fijación para que no se vayan cuesta abajo cuando nos los quitamos. Las fijaciones, al igual que las botas, también son diferentes que el esquí alpino, muchos más ligeros. Solo nos faltarán las pieles, que se colocan para subir y evitar que el esquí deslice hacia atrás, y los palos, además del casco, para esquiar.

En cuanto al equipo necesario, este se puede dividir en material de esquí y de seguridad. El DVA (Detector de Víctimas de Avalanchas), la pala y la sonda son imprescindibles. Y no solo hay que llevarlo si no también saberlo utilizar y comprobar que el DVA funciona y tiene batería suficiente antes de salir. De la misma manera se debe vestir por capas pensando que al subir se realizará un ejercicio considerable pero al bajar tendremos que estar más abrigados.

Respecto al equipo de esquí, Víctor Castellón, responsable comercial de Atomic Iberia, explica que “un detalle importante son las cuchillas. La gente no es consciente y si llegan a un sitio y está helado la piel no tiene tracción y se tienen que utilizar las cuchillas por seguridad. Otra de las dudas de la gente que empieza es el ancho del esquí. En el Pirineo Oriental se utilizan entre 75 y 80 de patín y 85 más hacia la Val d’Aran”, explica Castellón. Desde Atomic también destacan que “en las fijaciones lo que prevalece para el gran público es llevar freno aunque sea más peso pero en caso de caída el esquí salta y se frena. Si no se lleva freno van sujetas con una correa y si te caes el esquí va contigo”.

Los precios de un equipo para empezar puede estar en unos esquís básicos por 349 euros, las pieles 149 euros, fijaciones 300 euros y las botas 399 euros, aunque para empezar siempre se pude alquilar.