Tom Brady, el Messi de la NFL

Las razón por la que Brady dejó los Patriots y ha fichado por los Buccaneers

Las razón por la que Brady dejó los Patriots y ha fichado por los Buccaneers / ZML.

Alba López

El pasado lunes a la 13:44 hora española (madrugada del martes en Estados Unidos) Tom Brady sacudió los cimientos de la NFL al anunciar que dejaba los New England Patriots tras 20 años en la franquicia. Ahora sabemos que lo hace para marcharse a jugar a los Tampa Bay Buccaneers, un equipo menor dentro de la liga de football.

Para poner las cosas en perspectiva, es como si una mañana cualquiera nos levantáramos de la cama y nos encontráramos con la noticia en Instagram (en esa plataforma comunicó Brady a los aficionados de los Pats su ‘adiós’) de que Messi abandona el Barça para terminar su carrera en un conjunto cualquiera de la zona baja de la tabla de la liga española.

EL FINAL DE UNA ERA

La salida de Brady de los Patriots pone fin a una era en la NFL, 20 años en los que de su mano y la de Bill Belichick, el mejor entrenador de todos los tiempos, New England hizo de la competición su particular patio de recreo conquistando seis anillos y colándose en nueve Super Bowls, números de ciencia ficción, irrepetibles, que probablemente jamás volverán a ver nuestros ojos. Atrás queda la multitud de récords que atesora Brady desde que fuera elegido en la posición 199 del draft del 2000 por los Patriots, una jugada maestra (vista a posteriori, claro) de Belichick que permitió cambiar el rumbo de la franquicia, huérfana de títulos hasta entonces.

La oportunidad, no obstante, le llegó al joven Brady de casualidad, después de pasar su primera temporada en la liga chupando banquillo y tras una inoportuna (en ese momento) lesión el año siguiente en el segundo partido de la liga del, en aquella época, quarterback estrella de New England: Drew Bledsoe. El resto es pura historia de la NFL. Esa misma campaña, establecido ya como titular, Brady lideró la ofensiva de su equipo como un auténtico veterano y los Pats colocaron el primer trofeo Vince Lombardi en sus vitrinas tras derrotar en la Super Bowl XXXVI a los Rams con un agónico field goal del mítico Adam Vinatieri.

Nadie lo sospechaba esos días, pero era el pistoletazo de salida para la dinastía más gloriosa de la historia del deporte. Belichick traspasó a Bledsoe a final de temporada a pesar del fastuoso contrato que había firmado el quarterback sólo un año antes (103 millones de dólares por 10 años, una verdadera locura) y entregó las llaves de la franquicia a Brady, decisión que sirvió para que los Patriots comenzaran a escribir su leyenda.

La determinación y valentía del coach de New England modificó los poderes de la liga e instauró una genuina dictadura en la NFL. Entre 2002 y 2020 los Patriots de Brady se han proclamado 17 veces campeón de su división, han conseguido seis anillos (2002, 20014, 2005, 2015, 2017 y 2019) y se han metido en tres finales más (2008, 2012 y 2018).

Grabado en la retina de cualquier aficionado al football quedará para siempre la histórica remontada de los Pats (19 puntos) en la Super Bowl LI frente a los Atlanta Falcons. Esa noche, el 5 de febrero de 2017, el conjunto de Boston logró el imposible de voltear una final que tenía perdida a la conclusión del tercer cuarto, cuando hincaban la rodilla (9-28). Brady se echó a su equipo a la espalda y con un parcial de 19-0 en el último periodo llevó el encuentro a la prórroga, donde los Patriots terminaron imponiéndose (34-28). Una hazaña inolvidable. El último gran servicio a sus Patriots.

PRÓXIMA PARADA, TAMPA

Ahora, a sus 42 años (tendrá 43 cuando empiece la temporada) ‘The GOAT’ (el más grande de todos los tiempos) se lleva su magia a otro lugar. Lloran en el Gillette Stadium, pero sonríen en Florida, donde los Tampa Bay Buccaneers podrán gozar de sus trucos a partir de septiembre. Allí Brady percibirá 30 millones de dólares, cifra que probablemente estaban dispuestos a asumir los Patriots pero no ha sido razón suficiente para convencer de continuar al quarterback, quien de un tiempo a esta parte había perdido el feeling con Belichick después de que éste no hiciera todo lo posible para rodearlo de jugadores de ataque a su altura, posiblemente el argumento real por el que Brady ha decidido poner punto y final al periplo en el equipo de su vida. Hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno, canta Joaquín Sabina. Los Patriots tuvieron suerte; disfrutaron del de Brady Belichick 20 años. Sus rivales, obviamente, no pensarán lo mismo.