New York Jets, un equipo con luces y sombras

La franquicia neoyorquina está cosechando una buena temporada bajo las órdenes de Robert Saleh, pero las dudas sobre el rendimiento de su quarterback siguen en el aire semana tras semana

Zach Wilson está viviendo una segunda temporada de pesadilla en la NFL, y los datos ya lo sitúan como uno de los peores en su posición en toda la liga

Zach Wilson sigue sembrando dudas en Nueva York

Zach Wilson sigue sembrando dudas en Nueva York / ADAM GLANZMAN

Nil Jaimejuan

Nil Jaimejuan

La campaña de los New York Jets está siendo mejor de lo pronosticada hace tan solo unos meses. El equipo dirigido por Robert Saleh acumula, con 6, las mismas victorias que las cosechadas en las dos pasadas temporadas , y tan solo han perdido cuatro partidos de los diez encuentros disputados esta temporada.

El balance positivo del equipo y el rendimiento de algunos de sus jugadores clave son la cara de esta temporada para los Jets. El decepcionante rendimiento de su quarterback, Zach Wilson, está siendo la cruz de una franquicia que depositó en sus manos gran parte del futuro de la franquicia.

Con unos Jets compitiendo por un lugar en los playoffs en una cargadísima AFC Este con Dolphins, Bills y Patriots, un hito que no consiguen desde 2010, el rendimiento de Zach Wilson en algunas situaciones de partido importantes ha hecho saltar las alarmas en la gran manzana.

El que fuera el pick número dos del draft de 2021 está cosechando una paupérrima segunda temporada en la NFL, y sus registros a nivel individual demuestran que el mariscal de campo no está llegando a las expectativas que generó cuando salió de la universidad de los BYU Cougars.

Según datos de ProFootballFocus, Wilson es el peor quarterback titular de la liga si nos basamos en los datos más importantes para evaluar a un jugador en esta posición. Es el segundo peor QB en yardas por aire y es el número 34 (!) en pases de touchdowns, con 1278 y 4 respectivamente.

En sus 20 primeros inicios como titular en la NFL, Wilson ha lanzado 13 pases de touchdown y 16 intercepciones, con un 70.7 en rating de pase y un 55,6 % de porcentaje en pases completados. El quarterback suma un total de 6.3 yardas por intento.

Los datos no invitan al optimismo, pero su imagen en el terreno de juego acrecientan las sensaciones de que no es un quarterback capacitado para dirigir una ofensiva en la NFL.

Tras salir del draft como uno de los máximos talentos de futuro, los Jets no esperaban que se convirtiese en un estrella de la noche a la mañana, pero sí que deseaban ver un segundo año con claras mejorías en su juego. 

Además de los pobres guarismos en pases de anotación, Wilson sigue cometiendo demasiados errores en sus pases. El quarterback de Jets ha lanzado cinco intercepciones en lo que llevamos de temporada, alguna de ellas dejando una imagen prácticamente cómica en el terreno de juego. 

Zach Wilson parece, en algunas situaciones, no ser consciente del peso que lleva a sus espaldas, las riendas de un equipo que quiere volver a jugar en post temporada.

En el último partido ante Patriots, el quarterback tan solo consiguió 77 yardas de pase, con un promedio de 3.5 por lanzamiento, unos registros que imposibilitan a los Jets asentar buenos drives en ataque.

Frente a New England, Wilson volvió a ser la cruz de un equipo que exhibió (otra vez más) su poderío en defensa, uno de los puntos positivos del equipo.

El quarterback fue el protagonista en negativo del encuentro, y sus pases con una falta de precisión y potencia alarmante fueron los culpables de que la franquicia neoyorquina anotara tan solo 3 puntos en todo el partido.

El resumen de jugadas preocupará, y mucho, a su coordinador ofensivo Mike LaFleur.

Las dudas de todo el equipo sobre su líder en ataque ponen ahora el foco en Saleh, quién deberá decidir si Wilson empieza como titular el próximo partido o en caso contrario, opta por sentarlo y salir con Joe Flacco, número dos en el depth chart, en el equipo inicial.

Una de las mejores noticias del ataque de Jets esta temporada viene en materia de rookie. Garret Wilson (receptor) y Bryce Hall (corredor), elegidos en la posición número 10 y 36 respectivamente, han sido dos gratas sorpresas para su cuerpo técnico.

Wilson acumula 533 yardas de recepción y ya se ha convertido en su primer año en la liga en un problema para las defensas rivales.

Hall por su parte, fue hasta su lesión de rodilla, el puntal del ataque vía terrestre gracias a unas piernas privilegiadas que le permitieron correr para 463 yardas y anotar cuatro touchdowns en sus primeros siete partidos como jugador NFL.

LA UNIDAD DEFENSIVA, LA CARA DE ESTOS JETS

Mientras que la unidad ofensiva ocupa las últimas posiciones en los ránquines entre los equipos de la NFL, la unidad defensiva de los Jets está siendo hasta el momento una de las mejores en toda la liga, sosteniendo al equipo en muchos de los encuentros con férreas actuaciones.

Jeff Ulbrich, coordinador defensivo de los de Nueva York, ha construido una de las mejores defensas de la competición. Son la defensa número 9 en puntos por partido recibidos, la séptima en yardas recibidas por encuentro (310) y son la quinta defensa que menos touchdowns recibe por partido, con 2.

Estos guarismos han hecho de los Jets sean uno de los conjuntos más difíciles de atacar por parte de las ofensivas rivales.

Algunos de los mejores integrantes de esta unidad son Carl Lawson, CJ Mosley y Jordan Whitehead, pero esta defensa está indiscutiblemente liderada por dos jugadores: Quinnen Williams en la línea y Sauce Gardner en la secundaria.

Williams acumula 8 sacks y 38 tackles en lo que va de temporada, y está emergiendo como a una fuerza sobrenatural para las líneas ofensivas rivales, incapaces de contener el potente juego de pies y manos del defensor rival en su cuarta temporada en la liga.

En la secundaria, Sauce Gardner está siendo una pesadilla para los receptores rivales. El pick número cuatro del pasado Draft es uno de los mejores defensores de la liga en lo que va de temporada, y lidera la NFL en acciones de pass breakup, situaciones en las que el defensor desvía el balón cuando está llegando a las manos del receptor.

No tan solo posee un poderosísimo tronco inferior para seguir a su marca sino que también interpreta a las mil maravillas las rutas rivales.

Ulbrich confía tanto en su jugador que, a veces, lo deja aislado en un lado del campo en cobertura individual con algunos de los mejores wide receivers de la competición. A sus 22 años, el cornerback parece todo un veterano.

En el último partido ante Patriots, el jugador de la secundaria volvió a exhibirse en defensa.

Todos estos elementos convierten a los New York Jets en uno de los equipos más impredecibles en este último tramo de temporada, con todos los focos puestos en su quarterback, que deberá demostrar que está capacitado para dirigir un joven ataque que aspira a soñar con los playoffs.

En sus tres próximos encuentros, los Jets recibirán a los Bears en el Metlife Stadium y visitarán los feudos de Vikings y Bills, dos de los máximos aspirantes a alcanzar la Superbowl.

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