Doncic-Irving: ¡Qué empiece el juego!

La estrella de los Nets aterriza en Dallas para ofrecer un abanico más amplio al esloveno

La franquicia texana ha buscado a la desesperada el elemento que eleve el techo competitivo

Doncic e Irving liderarán a los Mavericks

Doncic e Irving liderarán a los Mavericks / NBA

Daniel Guillén

Daniel Guillén

La NBA, una vez más, vuelve a ser una bomba en época de mercado. Cuando todo apuntaba que el hasta ahora base de los Nets, Kyrie Irving, se marcharía a Los Ángeles en un ilusionante reencuentro con LeBron James, el desenlace ha sufrido un giro inesperado: la polémica estrella se marcha a Dallas en un intento desesperado por rodear más y mejor a Luka Doncic.

El estadounidense, que desde que salió de los históricos Cavaliers ha tenido más sombras que luces tanto en Boston como en Brooklyn, llega bajo un manto de muchas preguntas y pocas certezas: ¿Encajará con Luka Doncic? ¿En qué punto está su cabeza? ¿Es suficiente para apuntar otra vez a las finales de conferencia? ¿Qué pasará con su contrato a final de temporada?

El ocho veces All-Star ha sido uno de los nombres propios en esta primera mitad de la temporada con un promedio que asciende hasta los 27.1 puntos, muy por encima (23.3) de sus números globales, 5.1 rebotes y 5.3 asistencias, con un porcentaje de acierto en tiros de campo que se queda muy cerca del 50%. Junto a Kevin Durant, la otra estrella de los Nets, ha formado una dupla que ha mantenido a la franquicia en la aristocracia del Este: 4º con un balance de 32-20 y solo Celtics (37-16), Bucks (36-17) y Sixers (34-18) lo han hecho mejor.

El acuerdo, seguramente, haya sido la única vía para dos franquicias que buscaban una solución rápida: los Nets, deshacerse de un elemento tóxico que entrará en la Agencia Libre este mismo verano; y los Mavericks, encontrar una estrella que respalde a Doncic y configure un quinteto competitivo en busca del anillo.

¿Acierto de Nets y error de Mavericks?

Quizá esta sea la cuestión que más debate genera en el entorno de la NBA. Seguramente los neoyorquinos se hayan desprendido de un elemento que iba a generar controversia y polémica a final de temporada como agente libre: su imagen fuera de pista está especialmente deteriorada, pero sobre la cancha ha mostrado liderazgo, determinación y, sobre todo, entendimiento con el máximo exponente de los Nets, Kevin Durant. Sin duda, hablamos de un paso atrás hacia el título. Tampoco sin James Harden, el trío que aterrizó en Nueva York para apuntar directamente al anillo ha terminado cayendo por su propio peso. Irving es un especialista en la orquestra del juego y sus actuaciones en el clutch-time le han valido a los de Jacque Vaughn para mantenerse en la zona privilegiada del Este.

A la segunda pregunta, por lo pronto, habrá que esperar. Porque, como siempre ha sucedido en torno a Irving, es todo una incógnita. Pero la única certeza es que los Mavs, con Mark Cuban como jefe en el palco, Jason Kidd como arquitecto en el banquillo y Luka Doncic como líder en la pista, han asumido muchos riesgos en todas las facetas. Primero porque se trata de un elemento volátil. Segundo porque han hipotecado el futuro con dos futuras rondas (2027 y 2029) y una primera ronda (2029 y sin protección) de Draft, además de dos jugadores importantes en la rotación como Dinwiddie y Finney-Smith en un intercambio en el que también ha entrado Markieff Morris. Y tercero porque el jugador termina contrato a final de temporada.

La visión a corto plazo de los Mavericks puede ser un grave error para construir un equipo con mimbres de campeón en torno a la figura de Luka Doncic, jugador de presente y futuro que ya es la cara de la franquicia y un elemento destinado a hacer historia en la NBA. Las urgencias de la franquicia se han visto palpables, que han accedido a un acuerdo demasiado arriesgado con varias rondas de Draft y dos perfiles que encajaban especialmente bien en la pizarra de Jason Kidd.

Irving en el sistema Doncic

La relación que se establezca sobre la pista entre Irving y Doncic dictará sentencia para el destino de los Mavs. Sobre el papel, la llegada del natural de Melbourne responde a un criterio deportivo: liberar al esloveno de la creación del juego y potenciar sus virtudes para la ejecución y finalización de las acciones ofensivas. Porque las necesidades de los Mavericks son reales: sin su estrella en pista han sido incapaces de conseguir una sola victoria (siete derrotas) en toda la temporada.

Otra punto de análisis es la convivencia y co-existencia de las dos estrellas bajo una misma pizarra y un mismo vestuario. La ambición del esloveno contrasta con la consolidación de un Irving cuya tendencia pasa por ser más protagonista por sus salidas de tono fuera de la pista que por sus actuaciones deportivas. El americano asume mucho balón y su capacidad de atracción con el balón producirá espacios para los tiradores en las alas, algo que puede potenciar todavía más el potencial desde la media y larga distancia del ex del Real Madrid.