LA ENTREVISTA

Antoni Daimiel: "El Atlético me ha dado más disgustos que las mujeres"

Antoni Daimiel (15-02-1970, Ciudad Real) lleva más de una década en las madrugadas NBA de Canal+. Junto a Montes formó un dúo irrepetible que aún recordamos con añoranza

Dídac Peyret

Al otro lado del teléfono suena una voz cavernosa. Es Antoni Daimiel que ha dormido dos horas y nos pone sobre aviso con ese humor tan suyo, entre corrosivo y entrañable.“Lo de hoy no tiene arreglo. Me pillas sin dormir lo cual es muy bueno para el resultado de la entrevista, con sueño se pierde el oremus y la mesura”.

¿Cómo ha logrado levantarse?

Llevo años con la paranoia del sueño. Me pongo el móvil y en el dormitorio tengo un despertador que te levanta con el ruido de las olas del mar. 

Menudo viaje...

¡Desde luego! Primero estás a oscuras, luego la habitación se va iluminando y al final llega el agua. Me he puesto el despertador tan fuerte que creía que me estaba ahogando y me ha despertado (risas).  

¿Y luego qué?

Me he dado una ducha rápida y me he levantado pesimista por el día que me queda. En un rato voy a la tele a grabar. Luego me toca escribir y por la noche NBA.

¿Le compensa?

No, pero estoy en una vorágine y firmé por cuatro años. Además tengo un grave problema: ni estoy acostumbrado, ni sé decir que no. Supongo que será por herencia.

¿A qué se refiere?

Soy de familia humilde y ninguno tuvo tantas oportunidades. Estoy en una constante tensión para conciliar mi vida personal, pero de momento me aguantan (risas). Tengo que aprender a decir que no o acabará conmigo.  

¿Ha probado con terapia?

(Sonríe y se toma unos segundos). Los aficionados al baloncesto podemos parecer gente freak o extrainteresada, pero yo me lo tomo como una profesión. Hay veces que se me hace pesado y duro, pero sé que ese interés me hace mejor profesional.

¿Nunca pierde la compostura?

Siempre he sido un tipo tranquilo. Recuerdo que a poco de trabajar con Montes él ya me decía: `¡Joer Daimiel (sube el tono imitando a Montes) pareces mayor!¿.

Mayor y malpensado...

Soy desconfiado y luego los acontecimientos me llevan a ser malpensado. Soy bastante pesimista en todo y el mundo me da la razón.

¡Menudo fastidio!

Te vale para no decepcionarte demasiado, aunque en el `mientrastanto¿ no disfrutas de una plena afectividad por ese ánimo pesimista.

¿Qué le obsesiona?

El paso del tiempo y la salud. He cumplido 42 años hace poco y es una losa tremenda.

Muy existencialista...

Soy muy analítico. Cuando afronto cualquier acontecimiento, intento prepararme y no llevarme sorpresas.

Se ahorrará muchos líos...

Si el mundo de las drogas no me atrapó fue porque me quitaba la consciencia para estar alerta (risas). Aunque claro, la posibilidad iniciática estuvo ahí.

Con Montes parecían levitar en las transmisiones...

A mucha gente le dio por pensar que nos ayudábamos con sustancias. Recibíamos montones de mails y nos hacía mucha gracia que lo pensaran porque soy de una generación que experimentó mucho. (risas).

Aquellos maravillosos años...

Siempre he llevado una vida muy desordenada. Compartía piso con Maldini y Nico Abad.

¡Menudo trío!

Estábamos en la veintena. ¡Imagínate! Íbamos al máximo. Nico tenía novia y Maldini y yo éramos los diablillos que llevábamos el mal a su vida (risas).

Y en esas llegó Montes...

Le conocí en una comida y me pareció un tipo extraño y sorprendente. Montes te hacía tres preguntas y elaboraba un croquis de tu vida y tu personalidad.

De entrada, le incomodaría...

Nunca estuve incómodo con sus rarezas. Me divertía mucho. 

El desencanto estaba presente en las narraciones pero siempre con mucho humor...

Ahí purgábamos un poco nuestras penas (risas). Él siempre decía aquello de que `la vida puede ser maravillosa¿, pero tuvo una infancia y una adolescencia difícil y eso nunca lo perdía. Si llegaba con un buen estado de ánimo era un fenómeno improvisando.

Las mujeres siempre eran motivo de queja. ¿Le han dado más disgustos que el Atlético?

Pues mira, creo que el Atlético. Las mujeres me han dado disgustos en los tramos finales de las relaciones pero he tenido suerte. Como soy tan analítico siempre hago un buen proceso de selección. (risas)

Cuba es otra de sus obsesiones...

Fui con Maldini en el 92 y me cautivó el olor, la humedad, el ambiente... Fue como encontrar un sitio al que sientes que perteneces sin saber muy bien por qué. 

¿Se ve en un sitio así en diez años?

Leí hace poco que se vive más años en lugares muy fríos y secos, así que me gustaría montar una casa rural en un sitio así y pescar. Como reclamo a la gente que le gusta la NBA, ofrecería media hora de charla en el desayuno y luego ya que me dejaran en paz todo el día (risas).