Rikako Ikee, símbolo olímpico de Japón, vuelve a las piscinas de competición

Rikako simboliza el mensaje de esperanza de los Juegos de Tokyo

Rikako simboliza el mensaje de esperanza de los Juegos de Tokyo / AFP

Sport.es

Si el Comité Organizador de Tokio 2020 estaba buscando un símbolo certero para dar la idea de cómo se puede superar la adversidad en los tiempos de coronavirus, acertó al elegir a Rikako Ikee, y la nadadora nipona está por demostrarlo.

Ikee, de 20 años, especialista en 50 metros libres y 100 metros mariposa, volverá a las piscinas de competición el próximo 29 de agosto, después de un año y medio de una ausencia forzada que hizo peligrar su carrera olímpica en Japón, una de las más prometedoras.

En febrero de 2019 un diagnóstico de leucemia rompió la preparación que estaba realizando, e Ikee tuvo que ingresar a un hospital para recibir un tratamiento anticancerígeno que se prolongó diez meses.

Seis medallas de oro

Seis medallas de oro en los Juegos Asiáticos de 2018 de Indonesia marcan la carrera de Ikee, que empezó pronto, porque a los 15 años se anotó sus dos primeras medallas de oro, en el Mundial de Natación Júnior que se disputó en Singapur, en 50 y 100 metros mariposa.

Su primera competición olímpica fue en Río de Janeiro, en 2016, aunque en esa ocasión regresó a casa sin medallas, por lo que Tokio 2020, ya en cancha local, se presentaba como la gran oportunidad para demostrar su valía.

Pero después de unos días de entrenamiento en Australia, anunció a sus seguidores el resultado de las pruebas que le habían hecho. "No me lo puedo creer y me encuentro en un estado de confusión total", tuiteó al dar la noticia de su leucemia.

Un milagro estar aqui

Un año después, en una de las primeras entrevistas que ofreció a medios nipones, semanas después de que saliera del hospital, Ikee resumió así su proceso: "Es un milagro que esté aquí y que todavía esté con vida", dijo a la cadena Asahi TV.

Muy delgada, con el pelo muy corto, Rikako Ikee fue elegida como la figura principal del vídeo que el 23 de julio pasado el Comité Organizador de Tokio 2020 difundió un año antes del inicio de los JJ.OO, para simbolizar el mensaje de esperanza que quería imprimir.

"Se necesita el poder de la esperanza para superar la adversidad", dijo Ikee cuando el vídeo se difundió en un acto sólo para la prensa, en el estadio nacional, mientras la nadadora portaba la llama olímpica. "Quiero que la llama de la esperanza arda aquí en este mismo día el año próximo", agregó.

Vuelta al mundo real

Y Ahora Rikako Ikee volverá al mundo real de las competiciones, paso a paso, primero a finales de este mes en el Centro de Natación Internacional de Tatsumi, en Tokio, donde competirá en la carrera de 50 metros libres.

El hecho de que los JJ.OO. de Tokio se hayan retrasado un año le da tiempo a Ikee a recuperar fuerzas y espíritu, aunque está descartado que participe en las competiciones olímpicas del año próximo.

Cuando salió del hospital, en diciembre de 2019, sólo creía que su próxima participación olímpica sería en 2024 en París, y en principio no parece que haya cambiado de opinión en ese sentido.

Trabajando duro

En unas declaraciones a los periodistas el pasado 2 de julio, la nadadora dijo que estaba trabajando duro, con entrenamientos en la piscina cuatro veces a la semana que complementa con sesiones de levantamiento de pesas.

"Siento que me estoy haciendo más fuerte día a día", señaló, e insistió en que su objetivo será la cita de París. "Espero construir una base sólida, ya que no estoy atada a los JJ.OO. del año próximo", agregó.

Participe o no en las competiciones de 2021, Rikako Ikee ha tenido, de momento, el privilegio de ser la portadora de la llama olímpica en un mensaje con el que Tokio 2020 quiso aunar las esperanzas frente a las frustraciones de la comunidad deportiva