'Jesús Rollán eterno' reúne a los mejores porteros españoles de la historia

Ángel Andreo, Iñaki Aguilar, Daniel López Pinedo, Unai Aguirre, Laura Ester y Ana Copado acudieron a la presentación del libro

"No sabías por qué, pero Jesús tenía un magnetismo especial", ha recordado Sergi Pedrerol, uno de sus mejores amigos

Ramón Besa y los autores Francisco Ávila y Alberto Martínez, durante la presentación del libro

Francisco Ávila, Ramón Besa y Alberto Martínez, durante la presentación del libro / Twitter

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La presentación de 'Jesús Rollán eterno'. Vida y muerte de una leyenda' (Córner) reunió este lunes, durante su presentación en Barcelona, a los mejores porteros de la historia del waterpolo español a modo de homenaje al malogrado meta madrileño.

Y es que al acto, celebrado en la 'Casa del Libro', asistieron los porteros internacionales Ángel Andreo, Iñaki Aguilar, Daniel López Pinedo, Unai Aguirre, Laura Ester y Ana Copado.

Una representación intergeneracional de los mejores porteros y porteras que ha tenido España en este deporte inmortalizada en una fotografía conjunta organizada para la ocasión.

A la presentación del libro, escrito por los periodistas Francisco Ávila y Alberto Martínez, asistieron algunos de los compañeros de Rollán en aquella selección española que llegó a ganarlo todo, incluida la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Atlanta'96.

Exjugadores como Miki Oca, actual técnico de la selección española femenina, Jordi Sans, Dani Ballart, Sergi Pedrerol o Jordi Payà. Y también exseleccionadores nacionales como Manel Ibern, Toni Esteller o Rafa Aguilar.

"No sabías por qué, pero Jesús tenía un magnetismo especial. Aglutinaba mucha gente a su alrededor. En la Blume, todos los deportistas acababan en nuestra habitación", recuerda Pedrerol, uno de los mejores amigos de Rollán en el mundo del waterpolo.

Ballart, otro de los que compartió durante muchos años vestuario con Jesús Rollán, destaca la incidencia que tenía el mejor portero de la historia en el balance defensivo de aquel equipo: "Decía que la portería era su responsabilidad, que parar era su trabajo y no quería que le ayudásemos".

Así lo recuerda también Payà, quien explica que él, como defensor de boya, era el que más tenía que comunicarse con Rollán dentro del agua, como ambos bromeaban durante los partidos.

"Yo le decía que me pegaba con boyas de dos metros y que acaban rematando mal, porque llegaban asfixiados, y él ya no tenía que hacer nada. Y Jesús me contestaba que quien no hacía nada era yo, que era él quien tenía que sacar la pelota cuando se colaba por la escuadra. Y tenía razón", resume con una sonrisa.