Dos medallas para soñar con ser dioses del Olimpo

Las chicas de Miki Oca celebran a lo grande el título de campeonas de Europa

Las chicas de Miki Oca celebran a lo grande el título de campeonas de Europa / EFE

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Dentro de 179 días el Centro Internacional de Natación Tokio Tatsuimi abrirá sus puertas para albergar la competición de waterpolo de los Juegos Olímpicos de 2020.

Menos de seis meses para que llegue la esperada cita de todos los deportistas, también de las selecciones españolas de waterpolo tanto femenina como masculina ya clasificadas para el importante evento de Japón. Es desde hoy que, tras cerrar el Europeo con sensaciones opuestas, tanto las pupilas de Miki Oca como los chicos de David Martín tienen fijado el objetivo de los Juegos Olímpicos en sus agendas inmediatas. 

Los hombres, a resarcirse

La selección masculina ha dejado Budapest triste. Los malditos penalties les privaron de la medalla de oro tras un Eurpopeo de diez. Acumulan tres finales perdidas si añadimos la del Europeo de Barcelona de 2018 y la del Mundial de Gwangju del año pasado. Parece que están a tocar del cielo pero nunca les acaba de alcanzar la mano. Sin embargo, el deporte siempre te da nuevas oportunidades y para los de David Martín Tokio 2020 será una nueva ocasión para  demostrar que están ahí de nuevo, que el waterpolo español a regresado por sus fueros y que quiere quedarse.

Han demostrado que son capaces de ganar a potencias de la talla de Serbia o Croacia y de mirar de tú a tú a Hungría y además ofreciendo un waterpolo de mucho nivel compaginando a la perfección veteranía con juventud en un equipo perfectamente equilibrado.

Los jugadores no están contentos con la medalla de plata conseguida en el Europeo porque se escapó el oro en la suerte de los penalties, pero con el paso de las horas seguro que valorarán lo conseguido y soñarán de nuevo con hacer algo grande en los Juegos Olímpicos.

Si bien es cierto que en la cita olímpica entran en juego equipos muy potentes como Estados Unidos, también lo es que en un Europeo es donde se concentran las mejores selecciones  del mundo. Ser finalista continental es garantía de que se han hecho bien las cosa y que se está en el buen camino.  

Tras aterrizar en Barcelona, Martín explicó el sentimiento del equipo tras perder la final: “Evidentemente en la final estuvimos ‘jodidos’. Es complicado perder un campeonato así; pienso que hemos sido el mejor equipo, con el camino más difícil, enfrentándonos a Serbia, a Croacia, y es por eso que perder así es tan duro. Es verdad que hemos vuelto a demostrar que España está en la élite y que podemos competir con cualquier rival y esto es una gran noticia de cara a Tokio; este equipo merece un oro y lo logrará a corto o medio plazo”, dijo.

Las mujeres a culminar el año

Y si los hombres llegan tocados del Europeo, las chicas lo hacen eufóricas tras colgarse la medalla de oro. Pero este año quieren más. Las ‘hidroguerreras’ no se conforman con el Europeo y desean poseer un título olímpico, que se les escapó en la final de Londres 2012 perdiendo ante Estados Unidos y al que no pudieron optar en Río 2016 al caer en cuartos de final ante Rusia. Este año van a por el doblete con un equipo joven pero con veteranía en las posiciones clave. Objetivo: Tokio 2020.

El Rey recibirá a las ‘guerreras’

El próximo viernes las flamantes campeonas del waterpolo español y los subcampeones europeos tienen una cita con los reyes de España. Felipe VI y Letizia recibirán a los equipos de Miki Oca y David Martín junto a los staff técnicos y miembros de la Federación Española de Natación para darles personalmente la enhorabuena por las medallas conseguidas en Budapest.

El Rey ya mandó a través de la cuenta de twitter de la Casa Real sus felicitaciones a la selección femenina de waterpolo nada más proclamarse campeonas de Europa al ganar a Rusia por un ajustado 13-12. “¡Enormes nuestras waterpolistas dentro y fuera del agua, batiendo a todas sus rivales con talento y humildad! ¡Enhorabuena por el segundo Campeonato de Europa”, escribió.