Cámara Baja

Sánchez liga el acuerdo con Rabat a la seguridad de Ceuta y Melilla

El presidente del Gobierno vincula directamente el cambio de postura sobre el Sáhara Occidental al futuro de las dos ciudades autónomas

Pedro Sánchez sigue sin convencer a sus socios

/ Vídeo: AGENCIA ATLAS Foto: JOSÉ LUIS ROCA

Juanma Romero / Marisol Hernández / Pilar Santos

Pedro Sánchez desarrolló este miércoles en el

Congreso

la idea de que el Gobierno ha alcanzado un pacto con Marruecos

, que ha supuesto cambiar la posición histórica sobre el

Sáhara

y respaldar el plan de autonomía de Rabat, para garantizar la seguridad de Ceuta y Melilla

. Un argumento que no es la primera vez que utiliza, tanto en el comunicado conjunto firmado entre el presidente y

Mohamed VI

aparece la mención al respecto a la "integridad territorial", pero que Sánchez exhibió en su comparecencia como una de las motivaciones para reconducir las relaciones con el reino alauí y abandonar la neutralidad histórica sobre la excolonia española.  

El jefe del Ejecutivo viajó el pasado 7 de abril a Rabat para reunirse con Mohamed VI y rubricar la apertura de una nueva etapa de relaciones con Marruecos que garantiza la vigencia de todos los acuerdos entre los dos países, incluidos "los que fijan nuestras fronteras". Sánchez apuntó explícitamente que el Ejecutivo "no acepta que se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas" porque son "territorio español y europeo" pero se ha establecido un "compromiso de respeto mutuo para evitar en nuestro discurso y nuestra práctica política todo aquello que ofende" a la otra parte, en alusión a que Marruecos considera el Sáhara como territorio marroquí. 

Sánchez defiende que está pactado que haya aduanas en los pasos fronterizos en régimen de expedición comercial, para que no haya "comercio atípico"

Según el presidente, la declaración conjunta construye un "sistema de garantías sobre nuestra integridad nacional" porque la "soberanía de Ceuta y Melilla está fuera de toda duda". No obstante, añadió, la "buena vecindad debe implicar un modelo de normalidad beneficioso para todos". "Las dos ciudades no pueden vivir con la presión de la excepcionalidad permanente. Eso significa normalizar paso de mercancías y personas". 

Sánchez defendió que está pactado que haya aduanas en los pasos fronterizos en régimen de expedición comercial, para que no haya "comercio atípico". Un compromiso que también figura en el comunicado conjunto y que la Moncloa interpreta como una señal de respeto a la integridad española, porque supone un reconocimiento más profundo de la frontera. En ámbitos políticos y militares españoles está muy extendida la opinión de que si Marruecos logra el control definitivo del Sáhara su siguiente reivindicación y causa identitaria será Ceuta y Melilla. Por eso todas estas prevenciones en esta nueva fase de relaciones con Marruecos.

A pesar de que el control de la inmigración ha sido tradicionalmente una de las razones de más peso para mantener una cooperación con el país vecino, junto a su ayuda a la persecución del yihadismo y el narcotráfico, y ambos países han acordado reforzar el trabajo conjunto, Sánchez también ligó el fenómeno migratorio con la defensa de las dos ciudades autónomas. "España no va a tolerar la instrumentalización de la tragedia de la migración irregular como arma de presión", señaló en referencia a la oleada de personas que Rabat lanzó a las costas de Ceuta para conseguir que el Gobierno modificara su postura sobre el Sáhara. 

El presidente también manda un aviso a Rabat: "España no va a tolerar la instrumentalización de la tragedia de la migración irregular como arma de presión"

Este asunto, uno de los motivos principales de la comparecencia, la segunda monográfica sobre este asunto —y en la que se evidenció la falta de respaldos, a izquierda y derecha—, fue tratado por Sánchez de manera superficial. Como algo que no quedaba más remedio qué hacer. "La (nueva) posición española está alineada con otros países", subrayó para enumerar después a EEUU, Francia, Alemania, Países Bajos y la propia UE. "Después de muchas décadas de conflicto, muchos países están reconociendo cuál es la posición más realista". "España no se ha desentendido de la causa saharahui" pero, dijo, ha situado el debate en la búsqueda de una salida y de un nuevo diálogo. Se trata de "resolver" no de una "espera indeterminada". A su juicio, sería una manera de "dar estabilidad a la región". En este sentido pidió a los grupos sumarse a su giro que, se ha hecho, afirmó en defensa de los intereses de España.

Apoyo para la prórroga del paquete anticrisis

Pero antes de abordar, por segunda vez en el pleno de la Cámara de manera monográfica, el nuevo marco de relaciones con Marruecos, el presidente resumió las conclusiones del Consejo Europeo extraordinario de los pasados 30 y 31 de mayo —cumbre informal en la que se acordó el sexto paquete de sanciones contra Rusia— y pidió a los grupos su apoyo "formal" de la prórroga del plan anticrisis como consecuencia de la guerra de Ucrania, que se extenderá, por lo pronto, hasta el 30 de septiembre. "Espero sinceramente que en esta ocasión la oposición sepa estar a la altura y podamos seguir protegiendo a las empresas y a las familias frente a la subida de los precios" provocada por la contienda, reclamó. El primer real decreto ley fue salvado por la mínima gracias a Bildu y contó con el rechazo del

PP

y de

ERC

.

El límite al gas tendrá "un importante efecto de protección frente a subidas futuras del precio del gas en mercados internacionales"

Todavía no está operativo el mecanismo de tope al precio del gas. La 'excepción ibérica' a la que dio el visto bueno el Consejo Europeo de marzo, que ya aprobó el Gobierno a través de un real decreto ley negociado con Bruselas y que ahora está pendiente de la ratificación final de la Comisión para que pueda entrar en vigor. Sánchez aseguró que "pronto, muy pronto" el colegio de comisarios aprobará el instrumento, que supondrá una rebaja de "entre un 15% y un 20%" en la factura de la luz y que tendrá "un importante efecto de protección frente a subidas futuras del precio del gas en mercados internacionales".

Una vez que la Comisión Europea dé su ok definitivo, siguió el jefe del Ejecutivo, el mecanismo "entrará automáticamente en vigor tras la convalidación del real decreto ley que regula esta cuestión" y que el pleno del Congreso debate precisamente este jueves. Sánchez también pidió a los grupos que respalden el texto. Con él, se establecerá un tope al gas de 40 euros por megavatio hora (MWh), precio que después irá subiendo progresivamente hasta alcanzar, en los doce meses en los que estará operativo, unos 50 €/MWh de media.

Sánchez se felicitó asimismo de la decisión de los Veintisiete de restringir parcialmente las importaciones de petróleo ruso, que supone "cerrar parte del grifo económico que soporta la invasión" de 

Vladímir Putin

 sobre Ucrania. Subrayó que no son aceptables los crímenes cometidos en localidades como Bucha o Borodyanka y afirmó que España seguirá enviando ayuda militar. En este sentido, celebró el acuerdo del Consejo de aumentar en 500 millones el fondo europeo de ayuda a la paz, que ya tiene una dotación total de 2.000 millones de euros.

El líder socialista mantuvo que el nuevo escenario geopolítico empuja a la UE a "profundizar" en su política de seguridad y defensa, y en esa línea la cumbre de la OTAN que se celebrará el 29 y 30 de junio en Madrid servirá para estrechar los lazos entre los Veintisiete y la Alianza Atlántica, y a ello se compromete su Ejecutivo.

La división con Unidas Podemos

Cuca Gamarra.

Cuca Gamarra. / José Luis Roca

La portavoz del PP, 

Cuca Gamarra

, inició su intervención hurgando en la división del Ejecutivo de coalición en política exterior en los dos temas principales del debate. “Cuando hablaba de la OTAN, no le aplaudía la mitad del banco azul. Esto nunca había ocurrido en la España democrática ni sucede en ninguna nación europea”, le afeó a Sánchez sobre los choques internos con Unidas Podemos. “Hasta le han acusado de prevaricar con los contratos de la cumbre”, continuó antes de recomendar al presidente que reclame a la mitad de su Gobierno el “sentido de Estado” que le pide al PP.

"Cuando hablaba de la OTAN, no le aplaudía la mitad del banco azul. Esto nunca había ocurrido en la España democrática ni sucede en ninguna nación europea”, afea Gamarra al presidente

La diputada conservadora denunció que el tope del gas para España y Portugal, permitido por Bruselas de manera excepcional, todavía no se haya empezado a aplicar y no ha aclarado qué hará su partido con la prórroga del plan anticrisis que ha decidido el Ejecutivo. En ese contexto, volvió a reclamar al Sánchez, como hizo este martes Alberto Núñez Feijóo en el Senado, que reajuste los tramos de IRPF

a las rentas de menos de 40.000 euros para compensar la elevada inflación.

Respecto al Sáhara, Gamarra lamentó que el jefe del Ejecutivo no haya aclarado “quién negoció” la carta, “quién se la llevó a Mohamed VI” y si el cambio de posición ante el futuro de ese territorio está relacionado con el espionaje que él mismo (y también los ministros 

Margarita Robles

 y 

Fernando Grande-Marlaska

) sufrieron en sus móviles.

"Depende de con quién nos comparemos"

Sánchez respondió a ese reproche de Gamarra, que también señalaron otros grupos. "La cohesión del Gobierno... depende de con quién nos comparemos". Y entonces recordó que los ejecutivos de Madrid o de Castilla y León, que compartían

PP

y Cs, saltaron por los aires. Entonces aprovechó para lanzar un aviso a Unidas Podemos, cuyo portavoz, 

Pablo Echenique

, le pidió una "apuesta valiente" por la paz y la contención del gasto militar. "Lo que desmoviliza a la izquierda es que nos afanemos en algunas ocasiones más de lo debido en subrayar las diferencias y no las alianzas a favor de esas conquistas", les reprendió el presidente, quien además apuntó que sus socios en el bipartito "se equivocan" con su posición sobre la

OTAN

, heredada del rechazo a la organización que enarbolaron IU y el PCE.

Sánchez recrimina a Unidas Podemos que exhiba las grietas en la coalición: "Lo que desmoviliza a la izquierda es que nos afanemos en algunas ocasiones más de lo debido en subrayar las diferencias"

En realidad, el debate de este miércoles no aportó grandes novedades. Y menos sobre el Sáhara, ya que el líder socialista siguió sin contestar cómo había alumbrado ese giro histórico en la posición española o si las presiones de Rabat fueron muy fuertes. Y tampoco, lógicamente, señaló al reino alauí como posible autor de las escuchas a su teléfono móvil y a los de Marlaska y Robles. "A diferencia de otros presidentes no tengo ningún problema con mi móvil, ninguno", sostuvo en su turno de réplica, y ante los rumores que se oían en los escaños, precisó: "A diferencia del señor

[Mariano] Rajoy

yo no tengo ningún problema con mi móvil".

ERC le afeó el cambio de la posición para que la gendarmería marroquí "dé palos" a los inmigrantes que quieren cruzar a Europa: "La geopolítica tiene razones que la decencia no entiende". PNV o Bildu acusaron al Ejecutivo de haber "abandonado a su suerte" a los saharauis y de haber impulsado una maniobra que es un "error garrafal" por la ruptura en la relación con Argelia, otro aliado fundamental del país. Sánchez no habló de esa derivada, pese a que la crisis sigue abierta y a que el embajador del país en Madrid sigue sin regresar. "A nadie contenta y a todos traiciona", resumió Ana Oramas, de Coalición Canaria.