ELECCIONES 28M

Las polémicas del final de la campaña complican la remontada al PSOE en Andalucía

El PP cierra una campaña dedicada a erosionar a Pedro Sánchez con Moreno jugando en clave de generales y convertido en candidato para acortar la brecha en el poder municipal andaluz

Nadia Calviño y Antonio Muñoz.

Nadia Calviño y Antonio Muñoz. / EP

Isabel Morillo

Los ánimos van por barrios y por territorios en

Andalucía

, donde sin duda la recta final de la campaña no ha sido fácil para el PSOE. Todos llegan, o eso expresan, con posibilidades de ganar, pero algunos han sufrido más que otros y los socialistas se han llevado, por la trama de votos en Mojácar y el caso del secuestro de Maracena, la peor parte. Sevilla, el símbolo más codiciado, la ciudad de mayor tamaño con un gobierno socialista en España, pende de un hilo y retenerla en manos socialistas parece posible si se pregunta a los dirigentes del partido, aunque se nota la inquietud. El alcalde Antonio Muñoz pasó la última jornada con la vicepresidenta 

Nadia Calviño

 y cerró la campaña con la ministra María Jesús Montero mientras que el líder del

PSOE-A

, Juan Espadas, eligió Málaga.

En Huelva o en Jaén, donde ya gobiernan, las expectativas tampoco son malas para el PSOE al cierre de la campaña, dicen desde el partido. Anhelan gobernar en Cádiz, ven una pelea muy complicada en Granada y dan por muy difíciles los gobiernos de Málaga, Almería o Córdoba. El comportamiento de los partidos a la izquierda del PSOE y de Vox permitirá a un bloque u otro hacerse con alcaldías tras sellar alianzas más allá de lo que el domingo digan las urnas.

El presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, se dividió la última jornada entre Granada, su gran apuesta y donde envió a su consejera de Fomento, y Sevilla, la ciudad en la que se ha expuesto como si fuera él el candidato casi más que José Luis Sanz. El PP no descarta hacerse con las ocho capitales andaluzas, lo acaricia pero no se atreve a echar las campanas al vuelo: “Todo es posible”. Ahora mismo gobierna en tres. La pelea de las Diputaciones, el PSOE tiene ahora mismo seis de ocho, tampoco es pequeña. Para eso ganar en los pueblos más pequeños o ciudades medias no solo servirá al PP como vía para hacerse con algunas de estas instituciones sino también para aquilatar de verdad su poder en Andalucía, echar raíces en la comunidad más poblada de España y aupar a

Feijóo

al Gobierno de España.

Campaña en dos fases

En la línea de salida, los ánimos no estaban mal en el PSOE andaluz tras tiempos muy duros en las filas socialistas. Había muchas ganas de quitarse la espinita del pasado junio, cuando el PP de Moreno se hizo con una histórica mayoría en Andalucía y los socialistas hundieron su suelo electoral. La primera semana, los candidatos y dirigentes socialistas en Andalucía la pasaron tratando de pinchar el globo de un debate nacional que centrado en las listas de Bildu lo acaparaba todo. Sin entrar en ese charco, sorteando los envites del PP con este asunto, defendiendo cada alcalde su gestión, sacando pecho de lo positivo del Gobierno de Pedro Sánchez pero sin tocar temas conflictivos. El lema más claro es el del alcalde Antonio Muñoz: “Sevilla y solo Sevilla”.

Enfrente un PP henchido de poder, con el presidente

Juan Manuel Moreno

convertido en el más duro detractor del Gobierno de Sánchez, pidiendo trasladar el cambio andaluz a los ayuntamientos. La ‘marca Juanma’ ha estado al alza y el PP ha pasado gran parte de la campaña jugando en clave nacional, para empujar a Alberto Núñez Feijóo hacia la Moncloa en las generales de diciembre, agitando una ‘ola antisanchista’ que creen que existe en Andalucía.

Distancia estrecha

El propósito de la segunda semana era controlar la agenda mediática y apretar para movilizar a los indecisos. El cálculo era que la derecha había conseguido movilizar a los suyos en la primera parte de la campaña y que ahora iba a crecer la izquierda, cuando los sondeos empezaban a arrojar que había una distancia muy estrecha entre los bloques de izquierda y derecha en algunas de las capitales andaluzas. La sucesión de encuestas dejaban las principales ciudades abiertas y hablaban de empate técnico. El miércoles dos de los siete detenidos por una trama de compra de votos en Mojácar (Almería) iban en la lista socialista. El jueves se destapó el secreto de sumario por el secuestro de Maracena y el juez pidió al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía la imputación del secretario de Organización del PSOE-A, Noel López, de la alcaldesa y del concejal de urbanismo, como presuntos inductores de una detención ilegal de otra edil socialista que tenía supuestamente papeles para destapar una trama de urbanismo.

El PP no oculta que con esta recta final les ha venido Dios a ver. Moreno aprovechó rápidamente para sacar casos de corrupción del pasado socialista, lamentar la imagen que el PSOE andaluz da de la comunidad en

España

y pedir aclaraciones. Así salía de la oposición en su momento. Los socialistas no ocultan su indignación que llega a ser frustración en muchos momentos. El PSOE-A ha cerrado filas con su secretario de Organización, insisten en que ahora mismo no hay nadie imputado hasta que hable el TSJA, piden prudencia, lamentan que de nuevo los jueces intervengan en campaña y perturben el funcionamiento normal de la democracia y cargan contra unos medios de comunicación que dicen que no emplean el mismo rasero para los dos principales partidos.

Los del PSOE pasean un mapa de casos de compra de votos donde el PP gana por goleada al PSOE y se preguntan por qué a Moreno nadie le pregunta por la alcaldesa de Marbella, con su familia investigada en una trama de narcotráfico y blanqueo de capitales. La Unesco advirtió que la ley de regadío podría acabar con la catalogación de Doñana como patrimonio de la humanidad pero si la campaña empezó hablando de sequía, emergencia climática o vivienda, en los últimos días el clima político por los escándalos ha sido asfixiante.

El desconcierto se ha apoderado del sprint final de la campaña andaluza. Sirva como ejemplo que aproximadamente a la una de la tarde del viernes, el PSOE de Maracena comunicó que iba a celebrarse un mitin de cierre de campaña en el municipio granadino que llevaba 24 horas en todas las televisiones de España por el turbio secuestro de una concejal, con actuación de la alcaldesa, el número dos del PSOE-A y el diputado Mario Jiménez. Dos horas más tarde, con intervención directa de Ferraz, la misma responsable de prensa comunicaba que “lamentablemente” quedaba suspendido. Durante ese intervalo de tiempo la pregunta más repetida fue “¿no hay nadie al volante?”.

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