Crisis en el Ejecutivo catalán

Los 'comuns' debatirán si entran en el Govern y el PSC no se moverá de la oposición

Los morados ven en la ruptura entre ERC y Junts una oportunidad para revalorizar su rol gubernamental, mientras los socialistas prefieren afianzarse como alternativa desde la jefatura de la oposición

Los 'comuns' debatirán si entran en el Govern y el PSC no se moverá de la oposición.

Los 'comuns' debatirán si entran en el Govern y el PSC no se moverá de la oposición. / EFE

Sara González

Como si de un tablero de ajedrez se tratara, el 

PSC y los 'comuns' ya hace días que estudian escenarios y movimientos ante una ruptura en el Govern como la que finalmente Junts ha decidido. Saben que 

ERC en minoría sudará tinta si quiere continuar la legislatura tirando de geometría variable. Y ellos, que se saben los socios alternativos, intentarán sacar tajada. El grupo de Jéssica Albiach admite que será inevitable abrir un debate interno sobre una posible entrada en el Executiu si los republicanos verbalizan la invitación y, de hecho, en Twitter ya ha apostado por "una mayoría progresista". Salvador Illa, en cambio, tiene claro que su rol va a ser el de continuar erigiéndose como alternativa desde la oposición, pero consciente de que gana centralidad porque sus votos cotizarán al alza mal que le pese al 'president' 

Pere Aragonès

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Dirigentes de los 'comuns' admitían ya este jueves que la salida de los posconvergentes del Govern supone para ellos una oportunidad que valorarán en los próximos días. De hecho, llevan desde el inicio de la legislatura pidiéndole a los republicanos que se emancipen de los posconvergentes. Entienden que primero es Aragonès quien debe explicar con qué apoyos quiere contar, pero dan por hecho que difícilmente la CUP replanteará su desmarque y que, por lo tanto, la mirada recaerá sobre ellos. El debate está servido y no lo afrontan como un "problema" interno, sino como una situación que los revaloriza.

Las condiciones

"Tu proyecto lo puedes impulsar mejor asumiendo responsabilidades", explican fuentes de la formación de Ada Colau

, que ponen como ejemplo la implicación de Podemos en el Gobierno de Pedro Sánchez. Eso sí, señalan la importancia de dos condiciones imprescindibles para dar un paso que, para ser definitivo, tendrá que ser refrendado por su militancia: que no haya "hipotecas" de Junts en la agenda del Govern y que se fijen "garantías" para su capacidad de acción. En los últimos días, ya han intercambiado con los republicanos análisis de situación y tanto por los pasillos del Parlament como desde el entorno de la alcaldesa de Barcelona ha arraigado la idea de poner el pie en el otro lado de la plaza de Sant Jaume.

Los 'comuns' asumen que la decisión de entrar en un Executiu con ERC puede tener costes por las contradicciones que puede acarrear, aunque en estos momentos en el eje nacional las dos formaciones convergen en defender un acuerdo de claridad. Pero también pesan las ventajas. Una de ellas, proyectarse como partido de gobernabilidad en Catalunya a pesar de tener solo ocho diputados. Albiach, que mantiene una interlocución frecuente y fluida con Aragonès, ya ha tenido un papel determinante para aprobar los dos últimos presupuestos. Otro aspecto que valoran en la cúpula de la formación es la posibilidad de ensayar una alianza que puede ser de alto interés para los 'comuns' de cara a las municipales en función de cuál sean los resultados y las pulsiones de un PSC que da a Colau por amortizada.

El rol del PSC

Pero la suma de ERC y En Comú Podem no es suficiente. Entre los dos representan 41 diputados cuando la mayoría en el Parlament se sitúa en 68. La pregunta de cuál será el rol del PSC cae por su propio peso. La voluntad de los republicanos es una geometría variable en la que se recurra a los socialistas solo cuando sea estrictamente necesario. Confían que aunque Junts esté en la oposición tendrá muy difícil votar en contra de absolutamente todo. Por ejemplo, de los presupuestos diseñados por el propio Jaume Giró. Los republicanos insisten en que no quieren al PSC en la aritmética para aprobarlos. En todo caso, la intención de Illa es continuar siendo jefe de la oposición, un título que deja claro que no cederá a los posconvergentes. "Sería un error hacerlo", aseguran.

Su objetivo es continuar consolidándose como la alternativa a un Govern presidido por Aragonès, y para ello, una vez se aprueben las cuentas, modulará el tono para encontrar el punto de equilibrio entre ejercer de "oposición responsable" -a diferencia del rol que prevén que hará Junts- y mantener la crítica a un Executiu que definen como "débil" y con una hoja de ruta no compartida porque incluye la defensa de la autodeterminación y la amnistía. La previsión de los socialistas es que acabarán teniendo la llave en votaciones clave para Aragonès y que eso les da fuerza negociadora, cosa que les permitirá abaratar el precio que ERC pueda poner en Madrid para facilitar la estabilidad de 

Pedro SánchezSi no piden elecciones ni se plantean una moción de censura es, precisamente, por esa necesidad que, aunque incómoda para ambos, es recíproca.