Cataluña

Aragonès y otros 66 independentistas fueron espiados a través del teléfono

La mayoría de los dispositivos fueron ‘infectados’ con el ‘software’ israelí Pegasus, que solo puede ser adquirido por gobiernos | El soberanismo anunciará desde Bruselas una batería de medidas judiciales y políticas

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. / EP

Xabi Barrena / Júlia Regué

La 

tecnología de ciberespionaje

 israelí ideada para combatir el crimen y el terrorismo fue usada para colarse en los teléfonos móviles de hasta 67 líderes independentistas, entre ellos, el del 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès. Una investigación de la organización Citizen Lab, un laboratorio interdisciplinar vinculado a la Universidad de Toronto, y ampliada por el semanario The New Yorker, revela que los teléfonos móviles de varios eurodiputados, parlamentarios, abogados y líderes civiles soberanistas fueron infectados con el software Pegasus, propiedad de la empresa israelí NSO Group y sólo a la venta para gobiernos. Según este equipo de investigación, se trata de la mayor trama de espionaje documentado a un solo colectivo político, en este caso el secesionismo catalán, que anunciará este martes desde Bruselas una batería de medidas legales y políticas. El Ministerio del Interior niega cualquier relación con estas prácticas y asegura que nunca ha contratado ninguno de los servicios de NSO Group.

Pegasus es un viejo conocido para el independentismo. El primer político cuyo nombre apreció en el listado de espiados fue el entonces presidente del Parlament, Roger Torrent, que incluso publicó un libro en el que recoge su dietario de aquellos días, pero este programa también se inoculó en los celulares del líder de

ERC

en Barcelona, Ernest Maragall, así como de la cupera Anna Gabriel y del ahora vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró. El sistema permite extraer el contenido de un dispositivo, dando acceso a sus textos e imágenes o bien que permite activar su cámara y micrófono como elemento de vigilancia.

La reciente investigación desvela que Aragonès empezó a ser espiado en 2020, cuando ejercía como vicepresidente del Govern y 'conseller' de Economia. No es el único 'president' en la lista. También constan como víctimas de esta infección tecnológica sus tres predecesores en el cargo: 

Quim Torra

Carles Puigdemont

 y 

Artur Mas.

La línea institucional en el Europarlamento aparece completa: Diana RibaJordi SoléToni Comín y Clara Ponsatí; cuyos nombres se suman a los de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y a las primeras espadas de la ANC y Òmnium Cultural: Elisenda Paluzie Marcel Mauri. La nota completa incluye a 11 miembros de Junts, 12 de ERC, 4 de la CUP y uno del PNC.

El todavía secretario general de Junts, Jordi Sànchez, empezó a ser espiado cuando presidía la entidad independentista, siendo de los primeros en recibir el ataque. El informe calcula que recibió hasta 25 mensajes enmascarados con falsas alertas de la seguridad social o de impuestos para colarse en su teléfono, siempre coincidiendo con manifestaciones o actos políticos. El teléfono de Paluzie fue interceptado a través de una alerta de Twitter de una diario catalán y a través de una noticia sobre la historia de la ANC.

Respuesta coordinada

El espionaje masivo ha tenido la ‘virtud’ de unir, por el momento, a todo el independentismo. “Se está trabajando de manera coordinada entre los tres partidos y las dos entidades”, todos con miembros vigilados, asegura una fuente de uno de los partidos que detalla que el martes por la mañana, en Bruselas, los espiados e mayor peso político, Aragonès aparte, ofrecerán una rueda de prensa en la que explicarán qué medidas, judiciales y políticas, van a llevar a cabo. 

“Es un asunto muy grave”, asegura una voz del Palau de la Generalitat. “Diana Riba, por ejemplo, es la primera eurodiputada que es espiada en virtud de su acta en la Cámara de Estrasburgo”, señala esta voz tras explicar la evidente gravedad de que tres ‘expresidents’, un exvicepresidente y un ‘president’ hayan sido escrutados tecnológicamente. El independentismo, por tanto, subrayará la dimensión europea del escándalo, que ya se ha bautizado como ‘CatalanGate’, por sus semejanzas con el Watergate de los años 70 en Estados Unidos.

Por la tarde, el propio Aragonès, junto con todo su Govern, atenderá también a la prensa y explicará los movimientos a realizar por el Executiu cara a proteger a aquellos que han sido espiados en el cargo. “Vamos a ejercer una gran presión, esto no puede quedar como una noticia de un día. Y exigiremos explicaciones al Gobierno y ahora no valdrá el acogerse a los secretos de Estado ni decir que no se sabía nada”, sentencia esta voz. Y es que “no solo se espió en el 2017, sino que la vigilancia alcanza hasta el 2020, con Pedro Sánchez ya asentado en la Moncloa”.

Los actos del martes, y sobre todo, los que vengan después, determinarán cuán solida es esa neonata unidad nacida alrededor de Pegasus. Porque las derivadas ya apuntan a nuevas fricciones. Sin ir más lejos, este mismo lunes, Jaume Alonso-Cuevillas, uno de los abogados espiados, junto con Andreu Van den Eynde y Gonzalo Boye (letrados todos de las máximas figuras del independentismo), vinculó el informe de Citizen Lab con la mesa de diálogo y negociación entre Generalitat y Estado. El también diputado en el Parlament por Junts afirmó en Twitter: "La mesa de negociación era con el CNI", aludiendo a que la organización canadiense apunta, como responsable del espionaje, a la inteligencia española.