Roadster, la Harley-Davidson con piceladas deportivas

Ni todas las Harley-Davidson son motos custom ni todas las custom son Harley-Davidson. Y la nueva Sportster 1200 Roadster es el mejor ejemplo. Estamos ante un modelo que presenta mimbres deportivos como un doble disco delantero de freno y una horquilla invertida, así como un cuadro de instrumentos con elementos analógicos y digitales.

Estéticamente la Roadster entra por los ojos con unas llantas de cinco brazos o la parte trasera cortada. Pero una vez a su grupa nos deja claro que no es una custom y asidos a su manillar bajo y con los pies aproyados en unos estribos algo atrasados nos transporta a otra dimensión.

La sensación deportiva aumenta al mirar al cuadro de instrumentos y contar con cuentarrevoluciones analógico y una pantalla digital que indica incluso la marcha insertada pero no cuenta con el nivel de combustible.

El recorrido de las suspensiones es más largo que el resto de las Sportster y se deja notar en una mayor altura del asiento donde los usuarios más altos se sentirán más cómodos y por debajo 1,70 se tendrán que aplicar un poco para maniobrar en parado.

Una vez en marcha, la Roadster es una fuente inagotable de sensaciones con un motor voluntarioso armado con unos buenos bajos y una divertiva estirada. La frenada, apoyada en el doble disco delantero y ABS, es contundente.

Por ciudad la Roadster se mueve con soltura y por carreteras viradas el límite a la hora de inclinar lo pone los avisadores de los estribos porque dinámicamente no tiene tacha. Solo el espacio para el pasajero, con el asiento inclinado hacia atrás, podría mejorarse pero da la sensación que esta Roadster ha sido pensada para disfrutarla solo, eso sí, pagando el peaje de 13.100 euros. Y siempre se podrá personalizar con el interminable catálogo de compotentes de Harley-Davidson u otros fabricantes como Rizoma.