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¿Es posible conducir un coche totalmente a ciegas?

El Seat Ateca está equipado con las más avanzadas técnicas de ayuda a la conducción. El nivel del mismo sorprende.

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JOSEP VIAPLANA

El Seat Ateca está equipado con las más avanzadas técnicas de ayuda a la conducción. El nivel del mismo sorprende. ¿Se puede conducir con todas ventanillas y las lunas del coche tapadas? Seat ha demostrado que es posible con el nuevo Seat Ateca. En una prueba realizada en el puerto de Barcelona, se retaba a la gente que andaba paseando por la zona a que se atrevieran a ponerse al volante del nuevo SUV de la marca y realizar un sencillo trayecto.  La dificultad de la prueba reside en que una vez el conductor entra en el coche no ve nada del exterior, ya que todas las ventanillas y las lunas del coche están tapadas.

Prueba piloto la que ha hecho Seat en Barcelona, cerca de la playa. Han buscado candidatos que quieran someterse al reto: conducir un vehículo con las ventanillas y las lunas totalmente cubiertas. ¿Es posible? “¿Tapado del todo? No, no lo creo”, comenta un turista alemán enamorado de Barcelona. “¿Quiere probarlo?”. “¡Por supuesto!”, responde. Junto a su esposa se dirige al circuito urbano cerrado donde aguarda un Ateca junto con un instructor que le acompañará en todo momento. Sólo podrá circular guiándose a través de la pantalla, que ofrece una visión total gracias a las cuatro cámaras instaladas en el vehículo y que abarcan toda la zona que lo rodea. La imagen se muestra en el monitor en forma de vista aérea o cenital. Una función especialmente útil a la hora de aparcar.

El improvisado conductor conduce acompañado de un instructor en el asiento del copiloto: “Lo único que debe hacer es circular dentro del carril”, le dice. Y comienza el reto. “¡Es genial!”, exclama . “¡No veo nada, pero funciona!”. “Es como un videojuego”, comenta el instructor. “¿Qué tal?”, pregunta su mujer, sentada en el asiento de atrás. “¡Fácil!”, dice con una sonrisa. Así es como discurre todo el reto: entre risas y emoción. Hacia delante, hacia atrás, giro a la derecha, giro a la izquierda. Una conducción perfecta gracias a la pantalla que deja estupefacto a nuestro protagonista. “¡Ha sido una experiencia fantástica!”, asevera al salir. Y concluye: “Una función muy útil”.

Con el Ateca todo es posible.